Deportistas veteranos noveldenses, por Vicente Díez

5) ANTONIO ALFONSO GRAN (“Toni Gran”)

El personaje de hoy ya no está entre nosotros. Falleció hace unos años, con 78 a cuestas. Yo le conocí siendo él ya de cierta edad y su aspecto, su forma de vestir, su conversación agradable y amistosa, su saludo que era casi una efusión de ánimo… denotaban que había sido un deportista completo, de toda la vida y con corazón.

Y en efecto, en cualquier evento deportivo que se celebrase en Novelda, allí estaba “Toni” colaborando por amor al arte. Simplemente, era feliz viendo cómo su aportación era beneficiosa para la promoción del deporte de base en general. Especialmente en el Polideportivo Cucuch era habitual verle repartiendo dorsales en la pista – velódromo; o cuidando las piscinas; o alentando a los jugadores de frontenis… siempre, en primera fila para ayudar a todos.

Y es que “Toni” estuvo toda su vida integrado en el deporte. Inicialmente como deportista, pues actuó en infinidad de especialidades: fútbol; gimnasia; atletismo; natación; boxeo; lucha libre; fisioculturismo…

¿En cuál de ellas destacó más, o tuvo mejores cualidades? Sería difícil y largo de averiguar, pero sus contemporáneos le recuerdan siempre corriendo, boxeando, nadando… era incansable. Su propio hijo, Antonio, me cuenta que “Toni” siendo aún soltero, estuvo integrado en la plantilla del Novelda C.F. y que el equipo tenía como nombre “la Unión Frutera”. Entre sus compañeros locales estaban “el Poderoso”, “Faelo”, Pellín, Pina… Era extremo izquierdo y salía a jugar con un pañuelo anudado a su frente, a modo de sudadera, ¿quizás imitando a Quincoces, del Valencia?

Incluso Antonio, su hijo, por voluntad propia y admiración hacia “Toni”, también practicó fútbol con el Novelda C.F. en 3ª división y fue entrenador de un equipo local de fútbol sala.

“Toni” también practicó el atletismo, especialmente en carreras pedestres. Su rival y amigo del alma “Marianet”, junto con “Toni”, eran la salsa y la rivalidad por saber quién vencería en los metros finales; cada uno tenía sus fans. Practicaban ambos a menudo como preparación, subir y bajar al Santuario, o al Cid. En una ocasión, en carrera, venían destacados y hombro con hombro por la calle Mayor; faltaban apenas unos centenares de metros para el final y ambos se animaban y se dejaban pasar delante mutuamente. Llegaron juntos, levantando cada uno el brazo a su amigo y compañero. El aplauso aún resuena. Dos atletas inolvidables, cuyo lema era “lo importante es participar”.

Quizá el deporte que más práctico (o que he conseguido más datos) sea el boxeo. Su amigo y preparador, Agustín Beltrá Peñarroya me contó que ya desde niños, se peleaban entre sí por dilucidar el puesto de líder en la pandilla del “carrer L´Asenet”. Luego exportaban sus guerras contra otros barrios o zonas de Novelda; cosas de niños, que casi todos hemos hecho. Pasó el tiempo y a principios de los años 30, “Toni” se decantó por el boxeo. Entrenaba con unos medios artesanos, en el campo de tenis de Isidro Seller, el actual bingo. Sólo disponía de un saco para sacudirle y una cuerda para practicar el salto. El fondo físico lo hacía corriendo a pié, mientras Agustín le acompañaba en bicicleta y solían ir y venir hasta Aspe.

Para entrenar, tenía como sparring a otro de la pandilla, Alfredo, quien falleció años después en el incendio que hubo en una fábrica de zapatos. Otro sparring, apodado “el Marqués” vive actualmente en Málaga.

Ya en plena Guerra Civil (año 1938) por medio de su amigo Agustín, ingresó en el Cuerpo de Carabineros en Madrid. Estuvo poco tiempo y le quedó una pequeña pensión. A “Toni” le llamaba su ciudad, Novelda. Volvió aquí y se empleó en el almacén de almendras de “Tonico, el Morro”, ubicado donde hoy está el supermercado Lidl. Por cierto, en la parte exterior de este local sigue en pié la casa que “Toni” habitó y en ella me recibió amablemente su viuda Ana, conocida como “Aneta, la Capellana”. Trabajaban juntos; fueron novios; se casaron; tuvieron dos hijos…

En el propio almacén instaló un gimnasio artesano, con cuerdas que colgaban desde las vigas de madera. Las pesas se las hizo con unos pequeños calderos rellenados de cemento; toda esta artesanía necesita de mucho amor al deporte.

A principio de los años 40, Agustín le propuso probar si valdría o no para el boxeo y tomar la iniciativa de trasladarse a Madrid, pues allí estaban entonces los mejores gimnasios y preparadores del deporte de las doce cuerdas. Debería buscarse algún trabajo y quedarse allí a vivir. Pero “Toni” no se animó si no le acompañaba Agustín.

Se organizaron combates locales. En uno de ellos, su rival fue otro noveldense, Ramón “el Cañón”. A veces, los combates se organizaban en el propio Mercado de Novelda, entre los puestos de pescados. Por cierto, “Cañón” me contó hace pocos días que en aquel combate, llevó la iniciativa en los tres primeros asaltos; de hecho, a “Toni” se le hinchó una ceja. Pero al no ser boxeador experimentado, le pesaban ya los guantes como si estuviesen rellenos de plomo y a partir del cuarto asalto, “Toni” llevaba las de ganar y pocos asaltos después, también Ramón tenía un ojo malherido: Según “Cañón”, decidieron ambos dar por finalizado el combate y… match nulo, como buenos amigos A Elda iban “Toni” y su grupo; boxeaban y volvían a pie. Por la victoria en uno de aquellos combates le dieron 25 ptas.

Incluso el interés por el boxeo local les llevó a incluir entre los púgiles a otros con renombre. Trajeron a todo un campeón nacional, Pepe Hernández, de Elche. También boxeó en Cartagena y fue derrotado por un rival de apellido Burgos.

Otra pasión deportiva que tuvo fue la gimnasia sueca y entre sus alumnos estuvo Elías, titular de una popular juguetería local.

Elías me contó que “Toni” agrupó a media docena de alumnos – seguidores (años 1.956 al 60), entre los que recuerda a Carlos Escolano; José Mª Doménech; y otro de apodo “el Mudo”. Alquilaron a Antonio “el Babau” una antigua cuadra, donde instalaron algo con aspecto de gimnasio: con una cuerda colgada de la viga principal, ya carcomida, tenían que subir y bajar los 6 m. de altura y con las piernas en horizontal, formando un perfecto ángulo recto, hasta tocar la viga con la cabeza y bajar lentamente.

Pues bien, el propio “Toni” tuvo un percance que pudo costarle caro. Quizás no estuviese bien colgada la cuerda, o la viga cedió… “Toni” cayó sentado al suelo con todo su peso; quedó semiinconsciente y tardó algunas semanas en recuperarse totalmente. De no ser por su constitución física, a cualquier persona le hubiese dañado la espalda gravemente. También hicieron campeonatos y exhibiciones; sus rivales eran los del Centro Excursionista Eldense y actuaban en el Xorret de Catí. Incluso en la ciudad de Santiago de la Ribera, donde vencieron a los locales en una competición de soca-tira. Hasta allí se trasladaron Elías y “Toni” en una Isomoto; por su parte, José María y Joaquín Sirera usaron una Vespa..
También practicó el fisioculturismo y en la foto que me entregan, “Toni” muestra un cuerpo hercúleo, fruto de muchas horas en el gimnasio de “Marianet”. Igualmente hizo algo de lucha libre. Practicaba la natación junto a Antonio “el Bañero”, “el Quelo” y el incansable Soler, quien se pasaba muchas horas metido en la piscina. Todo con vistas a una preparación integral.

¿Qué queda por detallar sobre este hombre incombustible? Simplemente que era un bonachón, de los que al deporte le daba todo por amor al arte, a cambio de su satisfacción personal. Quizás hoy, en el cielo, esté haciendo de monitor deportivo. Así quiero imaginar a aquel hombre, que olía a perfume cuando pasaba junto a él y me animaba y aportaba alguna sugerencia para mejorar sobre la bicicleta. ¡Hasta siempre y…un abrazo de los que te recordamos, “Toni”!

P.D.- La próxima biografía será para Mª Carmen Iñesta (triatleta). Si conoces, amigo/a lector/a, algún caso de deportista veterano/a, incluso de persona fallecida, llámame (Vicente, tf. móvil 633 25 25 00). Gracias.

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7 COMENTARIOS

  1. que buena gente era los últimos años yo pasaba por la calle de su casa (delente del Lidel) y el estaba sentado en una silla en la acera tomando el fresco y siempre tenía una frase amable para cada uno que pasaba. Que gran persona eras, Toni. Un abrazo para su hijo, también Toni

  2. Mi reconocimiento a Toni, que yo le decía «el de la Basilia». Vestido de sport hasta el final.

    Gracias a él, pude hacer deporte de competición muchos años después. Porque me recuperó, todos los días, durante mucho tiempo, y por nada, muscularmente y en todos los sentidos (Pues en los años 60, no habían como ahora rehabilitadores, o fisioterapeutas) cuando él era el»masajista» (ahora se llama fisio) del CF NOVELDA.Teniendo yo la edad de siete años, y recuperándome de la pierna derecha de una rotura de tibia y peroné.

    Nunca lo olvido ni le olvidaré, con la sonrisa debajo su bigote siempre. Con optimismo.¡Qué ánimos!

    Grasies per sempre Toni.

  3. Me embarga una emoción especial quizá porque soy un sentimental, un sentimental noveldero que no quiero dejar de serlo, conocí a Toni como todos, Toni era una persona especial, alegre, campechana,y buena persona, tuve la suerte de compartir con el muy buenos momentos ya que éramos vecinos, también era nuestro entrenador en el gimnasio de los padres (calle Marques de la Romana) asta el ultimo momento de su vida fue siempre igual, todo por el deporte era su vida, fue una persona de las que dejan huella en esta Novelda de todos, los que queríamos a Toni jamás lo olvidaremos, que EL SEÑOR DIOS lo tenga donde se merece un buen hombre.

    Gracias Vicente, por el artículo también redactado de nuestro amigo Toni Gran.

    Un saludo.

    José María Castelló

  4. Grande Toni!!!, era alegre y jovial. lo veía por el pueblo con una bici de paseo haciendo sus recados. Personaje que mis recuerdos de infancia ubican en la Novelda humilde y talentosa que añoramos todos, y de los réditos de la cual han vivido muchos políticos y personajes de altas esferas varias, hasta que ha llegado los tiempos difíciles y se les ha caído la careta que tapaba su vulgaridad.

  5. Yo iba con Toni, El Mudo, Rafael “El de la lejía”, Elías y otros a un gimnasio artesanal improvisado que había en un solar vallado en la Calle Desamparados, junto a lo que fue el Cine Barceló, la ducha era un bidón de 200 litros encina de una viga colocada en el ángulo de un rincón, un grifo incrustado en el mismo bidón y que previamente había que llenar de agua con cubos, y la cuerda era clásica, también estaba colgada del saliente de otra viga. Que recuerdos más entrañables, Vicente, un saludo

  6. Por suerte tuve la oportunidad de conocerle de niño, ya que era vecino de mis abuelos y me lo encontraba mucho en la glorieta. Siempre me enseñaba sus fotos y lo cierto es que me costaba creer que fuera él de joven. Es un hombre que siempre ha tenido un encanto especial como sus hijos, muy agradable y siempre con una sonrisa. Enhorabuena por el artículo, me ha gustado mucho y me ha alegrado este merecido «reconocimiento» a su persona. Un saludo

  7. Gracias a todos por vuestras opiniones. Los dos próximos son mucho más jóvenes (una triatleta y un ciclista). Confío en que os gusten. Hasta pronto.

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