Novelderos por el Mundo.- Hamburgo, Alemania

MIRIAM LÓPEZ GUARDIOLA (29) es hija y sobrina de las “seños” que dirigen la Escuela Infantil Niño Jesús. En 2016 recibió una llamada que cambiaría su vida y su residencia para mudarse a Hamburgo donde, actualmente, trabaja en una escuela hispano-alemana.

Pregunta.- ¿Quién es tu familia? Respuesta.- Mi madre y mis tías dirigen la Escuela Infantil Niño Jesús. Mi familia vive en el barrio de Las Horcas, en ‘La casa el Pi’. Allí están mis abuelos, tíos, primos…en diferentes casas, pero compartiendo jardín, donde nos gusta reunirnos a comer los domingos o celebrar eventos especiales. Soy la segunda de tres hermanos, mi hermano mayor Pablo que vive en Murcia y mi hermana pequeña Sonia que vive en Novelda.

P.- ¿Dónde vives y por qué decides instalarte allí? R.- Empecé a viajar a Alemania en 2010, concretamente a Neuburg an der Donau, un pequeño pueblo situado al Sur, en el Estado de Baviera. Mis viajes solían durar entre 2-3 meses para trabajar en un campamento internacional (Camp Ad-venture), empecé como monitora y continúe como directora. Tal fue la experiencia, que tenía claro que mis próximos veranos los iba a pasar en una tienda de campaña en medio de un bosque en Alemania.

Pero mis planes cambiaron cuando en 2016 recibí una llamada de mi jefe, me proponía hacer un curso llamado ‘Outdoor Education and Survival’ al tiempo que trabajaba con ellos, y sin pensarlo acepté. Así una vez que ya estaba aquí pensé que estaba lista para una nueva aventura, Alemania me gustaba y me apetecía aprender un idioma nuevo. Hamburgo era una ciudad que había visitado varias veces, y como primera impresión no la hubiese elegido, pero tras varias visitas pensé que me gustaría vivir aquí alguna vez, y así fue. Además de que ya tenía varios amigos aquí viviendo. Y así fue como a finales del 2016 mi amiga Claire, de Irlanda, y yo empezamos una aventura en Hamburgo.

P.- ¿Qué haces en la actualidad? R.- En la actualidad trabajo en una escuela hispano-alemana, donde tengo un grupo a mi cargo. Además, asisto a un curso de alemán por las tardes dos veces por semana.

P.- ¿Es difícil vivir ahí? R.- Personalmente no me resulta difícil vivir aquí ya que fue una decisión voluntaria, algo que quería hacer y que le puse todo mi empeño en que saliese bien, y al final ha sido así.

Por supuesto que en ocasiones se hace complicado ya que estas lejos de la familia y los amigos, pero de alguna forma he acabado creando mi pequeña familia postiza aquí.

Lo que más trabajo conlleva es instalarse, ya que la burocracia alemana es algo complicada…Encontrar trabajo no fue difícil, empecé trabajando en un bar y a los dos meses cambié a mi actual trabajo en una escuela bilingüe hispano-alemana. Pero lo de encontrar una casa es una pesadilla… no te hacen contrato para un piso si no tienes cuenta bancaria, no te dejan abrir una cuenta si no estas empadronado, no te puedes empadronar si no tienes casa ‘legal’… Y así des-pués de un año y cuatro casas diferentes, al fin tengo una casa que para mí es mi nuevo hogar.

P.- ¿Qué sueles cocinar allí? R.- En general suelo comer en el colegio, y cuando tengo que cocinar en casa cocino lo mismo que solía cocinar en España, aunque he de reconocer que prefiero ser la que friega los platos. En Hamburgo puedes encontrar cualquier tipo de restaurantes, desde el típico italiano hasta un res-taurante hawaiano, pero lo que es cierto es que como en casa no se come en ningún sitio.

P.- ¿Qué es lo que más y menos le gusta del lugar? R.- Lo que más me gusta de Hamburgo es la variedad de ocio que tienes, tanto para hacer actividades en la misma ciudad como en los bosques que tiene alrededor. Algo que también me gusta son las condiciones laborales que tengo, no estas con contratos de prueba o prácticas sin parar, no, si les gustas tienes contrato fijo e intentan complacerte para que permanezcas con ellos el mayor tiempo posible.

Lo que menos me gusta, diría lo típico… el clima, pero es algo de lo que no voy a quejarme ya que este año hemos tenido 4 maravillosos meses de verano.

P.- ¿Alguna anécdota? R.- En 2011 mi jefe en los campamentos me pidió que le acercase al aeropuerto de Munich, que estaba a hora y media de nuestras instalaciones. Con las prisas no cogí ni la cartera ni el móvil, a los que hay que añadir que mi nivel de alemán era pésimo. En el viaje de vuelta, sola, sabía más o menos el trayecto, pero mi nivel de alemán era nulo, conduje más de una ho-ra y sólo veía carteles que decían ‘Ausgang’… pensando que ‘Ausgang’ era una ciudad enorme. Cansada ya decidí ir y preguntar cómo llegar a mi destino. Ahí descubrir que ‘Ausgang’ significaba ‘salida’, que lo que en principio hubiese durado una hora y media acabo siendo más de cuatro horas.

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