Los peques se divierten con la actuación de Tirititela

La glorieta se lleno de niños para jugar y bailar con la actuación del grupo Tirititela con su espectáculo “La Requetefesta”. (Esta noticia contiene vídeo)

La concejalía de Cultura organizó una tarde de sorpresas y diversión para los más peques de la casa. En una tarde casi de verano, mientras los padres miraban con caras de satisfacción a sus vástagos más pequeños, el grupo Tirititela los hizo disfrutar con un repertorio amplísimo de juegos y bailes.

El grupo Tirititela nace en el año 1994 de la casualidad y para una niña llamada estrella. A partir de ahí, y con la pretensión de divertir y jugar, empieza un amplio recorrido por el mundo de la animación infantil, convirtiéndose en referente de éxito. Donde cada nuevo espectáculo, fruto de la fusión de distintas disciplinas teatrales y la mejor animación, resulta innovador y fresco. Hoy en día, Tirititela es una de las compañías especializadas en el mundo infantil, pioneras en la Comunidad Valenciana.

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Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

LA NADA

La Nada. O lo que es lo mismo, el único posible origen de Todo. De todo lo que es y no era. Un infinito de posibilidades. Un infinito de infinitos de posibilidades. Una máxima potencia desactivada.

La Nada, para los creyentes y ser creyente es la exclusiva y excluyente condición que nos salva de la desesperación del absurdo, es lo único con que contaba Dios, para hacer, a partir de su negatividad absoluta, la grande y plena positividad de la Creación. Sin la Nada previa, no habría habido este Todo posterior. Glosemos la Nada, que no es ninguna tontería. Es la parte de atrás del Todo. Ni siquiera la sombra del sol de la realidad. Lo que había antes de haber. Lo que era antes de ser. Como concepto es hasta bonito. Un vacío absolutamente lleno. De vacío. Un no ser del que se pueden esperar todas las esencias. Una noción. Y las nociones no son nada. Son, por lo menos, nociones.

Stephen Hawking ha afirmado muy recientemente que la ley de la gravedad, partiendo de la nada, hizo el universo físico. Independientemente de la impropiedad intelectual de que no habiendo mundo físico mal podrían existir leyes físicas que se ocupasen de él, lo que nos importa aquí y ahora es dar relieve mental, perfil casi ontológico, al factor previo, a la nada, a esa nada de la que se sirve Dios (en la versión de Hawking, llamado ley de la gravedad) para crearlo todo. Concebir la nada como un elemento filosófico de la mayor entidad, parece que se hace indispensable. Gracias a Dios, había la Nada. Existía la nada, esa cosa que consiste en que en ella nada exista. Porque sin esa existencia germinal y posibilitadora, no habría cosa mental de que partir para producir el universo. Parece hacerse intelectualmente indispensable, la casi positividad absoluta de esa previa negatividad, no menos absoluta, para que pudiera empezar a haber algo. Dios sembró en la nada. Y cosechó la Creación. Para nosotros los creyentes. Para Hawking, quien construyó sobre el vacío el edificio de la realidad física, fue una ley sin entidad que la produjese o promulgase y sin realidad alguna de que ocuparse, sobre la que operar. La Ley de la gravedad. De una gravedad sin graves o densidades. Sin masas que la determinen. De una gravedad cuya única gravedad, dicho sea esto en el sentido médico, es su absurdo mental. Pero, repito, sin nada, su ley, no habría tenido de donde crear universos. Hacía falta la nada, ese súmum de potencialidad negativa que, chocando consigo misma, fue nada hasta milisegundos antes del Big Bang. Y esto tiene su interés.

¡Qué a gusto se debía estar en la Nada, sin estas tensiones y turbulencias de la existencia! Aunque suene esto a un tanto orientalista y nirvanesco. Yo no se si Dios nos hizo, realmente, un favor. Pienso que sí. Y muy grande. Sin existir, sin ser, (con todas sus consecuencias, muchas de ellas hostiles), sin reproducción ni especies, yo no habría tenido madre. Madre, esa cosa por la que Dios Mismo, por tenerla Él También, se hizo hombre.

Bendita nada. Madre de todo. De absolutamente todo. Incluso de mi madre.

Estaban Dios y la Nada. Y Dios se dijo. “Voy a estirarla”. Y empezaron las estrellas y los planetas, las cosas, las rocas, los gases, las aguas, los elementos interestelares todos y, por fin, la vida, la organización, capaz de reproducirse, de una serie de sustancias con ganas de perpetuarse a través del amor.

Todo estaba en la Nada, imaginado por Dios, esperando a que apretase el botón. Antes, inmediatamente antes, de comenzasen a existir y expandirse los universos de universos. Antes, por supuesto, que ninguna ley…Lo siento, don Esteban. Esa su Ley Creadora no es de recibo. Y no lo digo por Dios. A Él no debe importarle que le ninguneen. Lo digo porque lo dotó a usted de una mente que debía ser incapaz de esas incongruencias. Y se sentirá un poco defraudado…


Art. de opinión de Claudio Rizo Aldeguer

¿Y SI QUIERO TRABAJAR?

Este mes de septiembre con olor a lapicero y goma de borrar, a recuperación de hábitos y de vuelta a lo cotidiano, va a dar carpetazo con el subidón de la huelga del 29S. Los lanzadores de encuestas vaticinan una participación por debajo de la media de los que se hallan en el tajo, o sea, que al curreta medio parece que poca ilusión le hace paralizar un país en este tramo del viaje, precisamente ahora. Veremos si se cumple esa estimación, desde luego preocupante para los sindicatos. Aunque una cosa sea contestar al teléfono desde casa acerca de si usted va a trabajar el 29, o de si me va a servir el pedido, y otra bien distinta encontrarse a las puertas de la fábrica una batahola de piquetes para “informarnos” de la conveniencia de no ir a la oficina o de no arrancar el motor. “Oiga, hoy no es buen día para trabajar, ¿no le parece?”

El piquete es una herramienta formidable, ilustrativa, si su cometido consiste, tal como prevé la Ley, en informar al desinformado, reconducirle de su error, hacerle comprender que su actividad en esa jornada le puede perjudicar a corto o medio plazo. Ahí termina su misión. Sí. Ahí. Todo lo que exceda ese ámbito constituye una conducta merecedora de pena. Y severa. Pues no sólo se falsea el seguimiento de una huelga, se prostituye su esencia, sino que se viola, bajo el abrigo de una masa sin caras ni nombres, el derecho fundamental al trabajo de a quien se le coacciona o violenta. Ni siquiera es respetable el argumento de que tenemos que ir “todos a una, hacer piña”, por muy cierto que sea por aquello de la fuerza colectiva, pues decae ante el derecho personalísimo a elegir libremente trabajar. Debe ser impepinable. Innegociable. Insisto, no deja de ser una convocatoria, global, apoyada en plataformas mediáticas y publicitarias poderosas, pero convocatoria al fin y al cabo, un llamamiento libre, y lo que no se consiga por esos cauces meramente informativos, sino por los de la presión o la agresión, desautoriza a sus promotores; diría que los ridiculiza.

El Estado de Derecho hace ya tiempo que debió actuar en esta materia. Las huelgas “a la española” que se han despachado desde que la democracia las bendijo mediante la consagración de uno de los derechos laborales más insignes y elevados, el Derecho a la Huelga, no han sido complacientes con el espíritu del legislador, y eso es delicado. Ingrato y desagradecido. Cierto que los legisladores han mostrado una miopía gruesa al no establecer un derecho de huelga incardinado en un esqueleto jurídico que proteja al que no la secunda, como muchos otros aspectos que siguen cojos, pero eso no justifica el desalmado ejercicio, la más de la veces impune, que algunos huelguistas han hecho de ella. Aún tengo en la mente la imagen de camiones incendiados, o con las ruedas pinchadas, en la huelga de transportistas de hace pocos años (seguramente a algún piquete informativo se le deslizara el mechero al ofrecerle un cigarrillo mientras le explicaba las razones). O de las autovías cortadas, o de los vuelos y trenes boicoteados, previamente amparados por acuerdos de servicios mínimos, en varias otras huelgas anteriores y posteriores. No se puede reconocer un derecho libérrimo. Y hablo así porque todos, si empleamos una mínima honestidad hacia nuestros adentros, no nos queda otra que admitir el choque grave, el aldabonazo severo que supone contra un Estado de Derecho, el que parte de sus ciudadanos se comporten de este modo.

El hecho de que se sean “unos pocos”, no exime de cierta culpa ni legitima al resto de convocantes. La Libertad debe primar. En caso contrario, ni el más incomprensible de los recortes sociales hecho por un Gobierno quedará debilitado ni modificado. Si acaso, reforzado. Pues las conductas antidemocráticas jamás, al menos hoy, ganan territorios de libertad y justicia. Convencer no es imponer. Estemos todos a la altura.



El Bloc inicia la campaña “música i fets” junto a las bandas de música

Los cargos públicos y orgánicos del BLOC de todo el País Valenciano se ponen a disposición de las entidades musicales para defender la cultura musical tan valenciana que margina el Gobierno de la Generalitat de Camps, con los recortes en las subvenciones a las escuelas de las sociedades musicales y a los Conservatorios de Música.

La Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana está movilizada ante el incumplimientos del Consejo, tanto en lo concerniente a la Consejería de Cultura como a la de Educación, ya que de la primera depende la actividad de las bandas y de la segunda las escuelas de música.

El BLOC-Compromís, ha seguido de cerca la situación de las bandas, por parte de sus diputados en les Corts Valencianes, y han estado contacto con la Federación desde antes de desde su entrada en Les Corts. Eso ha propiciado a que hayamos presentado iniciativas tanto en las Cortes Valencianas como en los ayuntamientos en donde tenemos presencia (más de 200) que se corresponden con sus peticiones mediante enmiendas a los presupuestos, preguntas parlamentarias, Proposiciones No de Ley y mociones.

El Gobierno valenciano no solo no ha tenido en cuenta sus peticiones sino que los ha engañado con promesas falsas y en vez de mejorar les ha disminuido drásticamente las ayudas. La crisis no puede esgrimirse como causa, ya que para otros eventos-fastos que todos tenemos en mente (Fórmula 1, American, Volvo, etc…) no han escatimado en gastos y los millones de euros se pueden contar por decenas. El PP los castiga porque no son dóciles, porque explican la realidad en sus publicaciones.

El BLOC-Compromís quiere cambiar esa situación de discriminación y marginación y ese es el principal motivo de la campaña “Música i Fets. El BLOC amb les bandes de música”, y por eso ha movilizado a sus cargos públicos y orgánicos para que contacten con las sociedades musicales para recopilar datos de los problemas que tienen en cada escuela de música para preparar iniciativas parlamentarias, y alegaciones a los presupuestos de la Generalidad para rectificar el grave error que ha cometido el gobierno del imputado Camps contra la cultura

Art. de opinión de Sergio Mira Jordán, Concejal de Turismo (edición impresa)

Y de nuevo, septiembre

Llegó septiembre. Otra vez la vuelta al cole, las compras de materiales, libros, ropa, el estuche de Hannah Montana, la mochila de Ben Ten, el walkman (¿habrá alguien que aún lo utilice?) de Hello Kitty. De nuevo, la vuelta al trabajo o a la esperanza de encontrar uno. De nuevo a recuperar, del fondo de los armarios, las chaquetas de punto, los pantalones de pana y los calcetines gordos. De nuevo a la rutina, a los días de desayunar, comer y cenar a horas decentes, a dejar los mojitos de las tres de la mañana, el aquagym del hotel y el vóley playa para el próximo verano.

Aún quedan algunas semanas para que empiece el otoño, para que caigan las hojas de los árboles y arrastren nuestros párpados y nuestros ánimos. Escribía en este mismo medio informativo la psicóloga y paisana nuestra Rosa Mary Rizo Martínez, siempre desde el punto de vista claro y específico de una profesional, cómo el verano (y su luz) influye en nuestro estado anímico. Os recomiendo sus artículos. También puede ser que la falta de ropa (nuestra y del respetable) aparezca precisamente en verano para alegrarnos los días y permitirnos combinar chanclas de 2 euros, polo de marca y bañador de flores sin la más mínima sensación de culpa o chabacanería. Y es que nadie duda de que en verano reina una alegría inherente y generalizada en el cuerpo y en el ambiente. Todo nos parece bonito: la chica del biquini rojo que vemos en la piscina municipal y que parece guiñarnos un ojo (¿será a mí?), la musiquita pegadiza de los chiringuitos «on the beach», los menús diarios de los restaurantes playeros a 11 euros con ochenta y cinco céntimos. Todo perfecto en verano. Hasta nos gusta que la brisa marina nos arañe la piel con humedad cargada de arenilla. Es verano, se hace de noche a las nueve y media y en la radio todas las canciones están en tonalidad mayor y hablan de amores que van y vienen, chicos esculpidos en arcilla y tabletas de chocolate y chicas que parecen sacadas de un desfile de ropa de baño del Fashion TV.

Sin embargo, el verano también puede ser un tiempo para la creatividad. Sin ir más lejos, estos meses de verano son los que yo aprovecho para trabajar en nuevos proyectos, iniciar otros que quizá no acabe nunca y rematar aquellos que quedaron pendientes en los cajones entrecerrados de la primavera. Por eso, al llegar septiembre, procuro tener más o menos encauzados esos proyectos, para así recibir el nuevo curso con el optimismo y la buena cara que mis alumnos se merecen. Todos estaremos más morenos, algunos parecerán más jóvenes, otros (como yo) luciremos alguna cana más… Afrontaré este septiembre con ilusión. Es un gran mes. Tiene treinta días, pero hay un equinoccio perfecto con el que iniciar otra etapa que a todos, como no puede ser de otra manera, os deseo cargada de éxitos en el trabajo, felicidad en la familia y mucha salud en la vida.