Art. de opinión de Ricardo Moreno, Responsable de Programa Local de UPyD en Novelda

DEMOCRACIA REAL y DEMOCRACIA APARENTE

Voy a hablarles, en la medida de lo posible, sobre las elecciones generales de 2008 para intentar analizar así nuestro sistema democrático. Esto nos servirá, o debería servirnos, para entender nuestro presente y nuestra realidad y comprender nuestro futuro más próximo, las elecciones generales de 2012. Y no me va a importar ser árido o pesado en mi exposición de ideas, números y cifras. Aquí no se trata tanto de ser ameno y divertido como de ser consecuente y coherente con lo que uno defiende y cree mejor.

Porque la democracia implica creer que el pueblo, la ciudadanía; es decir, aquellos que no forman parte de la estructura de partidos ni la organización del poder, no es un rebaño o una masa a la que hay que manipular cada cuatro años, para que voten y nos dejen así vía libre para hacer y dirigir sus vidas. Se trata de dar a la gente el control sobre sus instituciones y leyes, y no considerar a los demás como menores de edad políticos que necesitan ser tutelado por un paternalismo democrático de partidos.

Existe una idea consensuada de democracia pero muchos modos de llevarla a cabo. Existe una democracia asamblearia o directa y otra representativa. Han existido democracias populares, socialistas, soviéticas, burguesas, liberales, socialdemócratas, constitucionales, etc. La democracia ateniense del siglo V a.C tuvo una forma asamblearia, porque la escala de electores era asumible; ya que solo tenían acceso al voto un puñado de miles de ciudadanos libres. Con la formación de estados y enormes organismos nacionales, de millones de personas, en la edad contemporánea, la democracia tuvo que ser representativa o parlamentaria, que es exactamente como es ahora. La representatividad del voto, es decir: yo voto a un representante que va a votar por mí en un parlamento, corte, senado, etc. garantizaba una cierta forma de acceso a la toma de decisiones de cada ciudadano. Eso era inevitable y necesario entonces. Había millones de votantes y no existían medios para que unas asambleas universales fuesen operativas. Esto sigue siendo exactamente igual en la actualidad.

Nosotros delegamos en otros ciudadanos que nos representarán; para que votándoles su voto en cada moción, ley, asunto del Estado en que intervienen sea representativo de lo que nosotros decidiríamos. Pero aquí hay dos asuntos a tener en cuenta. Primero, existe el problema que nuestro represéntate no apoye o rechace lo que nosotros queremos o deseamos, o directamente se convierta en un tipo que hace y deshace a su antojo hasta que acaba su mandato, y tengamos entonces que volver a votar y confirmar o no su representatividad. A esto supongo que se le llama un déficit democrático. Un déficit democrático doble en el caso del sistema actual de nuestro país; una democracia de partidos, donde no votamos representantes directos sino partidos políticos que eligen directamente a nuestros representantes, aunque estos no representen en su mandato el sentido de nuestro voto. El segundo punto a tener en cuenta es que, desde hace 30 años existe un nuevo y potentísimos medio de comunicación, de alcance aún imprevisible y comprable a la Imprenta de Gutenberg en cuanto a lo revolucionario de su influencia sobre la vida humana. Un medio que nos permite vivir conectados, comunicados unos con otros y que devuelve el espejismo y el sueño de una democracia asamblearia a nuestro tiempo y nuestros Estados formados por millones de individuos, Internet. El efecto directo más próximo a nosotros en el presente de este nuevo medio, la Red, del que aún habrá que comprobar su verdadero alcance y capacidad política, son las concentraciones de la plaza de Sol en Madrid, con su constitución asamblearia decimonónica y utópica, y el movimiento “Democracia Real”

Pero ellos parecen no haber comprendido que todo Estado requiere de una organización, y organizar con medios primitivos y arcaicos, o asamblearios, una democracia orgánica y nacional es no comprender nuestra realidad. Una nueva democracia requiere de una nueva forma de organización, y no una red de falansterios y comunas utópicas. La nueva democracia debería y podría llegar de la mano de la tecnología y de nuevas formas de comunicación. Mientras, a través del sistema de partidos podemos aspirar a una democracia lo más representativa posible.

UPyD propone como uno de sus dos principales ejes, junto a la devolución de las competencias de educación al Estado central, una reforma en profundidad de la Ley electoral que rige en nuestro sistema democrático. Esta reforma afecta a la principal herramienta de que disponemos; a saber: el voto.

UPyD propone que el sistema de obtención de escaños sea realmente nacional, igualitario, y representativo; en resumen: que cada voto de cada hombre, viva donde viva y sea cual sea su voto valga exactamente lo mismo. Los votos deben representar a ciudadanos, y no a regiones o entelequias nacionales o autonómicas. Si no fuese así los estamentos de la edad media (nobleza, clero y plebe) en cortes generales convocadas por monarcas absolutos podrían ser considerados democráticos. La democracia es algo más que la regla de la mayoría. Los votos representan a ciudadanos, no a grupos, partidos, asociaciones, regiones, gremios o cualquier otra cosa. Cuanto más se cumple este principio más democrático es un sistema.

Así en las elecciones generales del 9 de marzo de 2008 el PSOE obtuvo 169 escaños con once millones sesenta y cuatro mil quinientos votos. El PP con diez millones ciento sesenta y nueve mil novecientos setenta votos obtuvo 153 escaños. CIU con setecientos setenta y cuatro mil votos obtuvo 11 escaños, el PNV con trescientos tres mil votos 6 escaños, y Esquerra Republicana de Cataluña con doscientos noventa y seis mil votos obtuvo 3 escaños. Pero es que, y aquí viene el meollo del asunto: Izquierda Unida, con novecientos sesenta y tres mil votos, el triple que el CIU y ERC, y doscientos mil más que CIU, obtuvo solo dos escaños. ¡Solo dos escaños cuando CIU con muchos menos, doscientos mil menos, obtuvo 11, y el PNV con la misma cantidad obtuvo seis! UPyD, por otra parte, con 303 mil votos obtuvo un solo escaño; es decir: con la misma cantidad con que el PNV obtuvo 6 escaños y ERC 3, Unión Progreso y Democracia solo obtuvo un escaño, uno solo. El colmo es que Nafarroa Bai, con 62 mil votos, cinco veces menos que UPyD obtuvo también un escaño. Es decir que UPyD con 300 mil votos tiene la misma representatividad que Nafarroa Bai con 60 mil.

¿Es esto democrático? ¿Vale lo mismo mi voto que el de un ciudadano de Bilbao o San Sebastián? Si para alguien este reparto de escaños realmente representativo de los votos reales del conjunto de los ciudadanos es que o no entiende, o no quiere enterarse. Un hombre: un voto; igual, esté donde esté, con el mismo valor, y con la misma capacidad para representarle. ¿O es qué el voto de un votante del País Vasco o Cataluña tiene más valor e influencia qué el mío? ¿Por qué habría de tenerlo?

Ahí están los datos de 2008. Ni el PP, ni el PSOE, ni por supuesto CIU o el PNV cambiarán esta situación. Unos por interés, otros por falta de convicción. El que quiera y pueda que saque sus propias conclusiones.

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4 COMENTARIOS

  1. No lo había pensado, Exitus. Pero si lo pensamos puede que se nos ocurra algo para que se dé eso de un «ciudadano un voto»:

    1. Si los partidos políticos tienen dificultades para elaborar listas nacionales, pues que trabajen para hacerlas. Y nosotros les votaremos o no.
    2. Que siquieren poner al «cuñao del xxxxxx» es su problema, nosotros les votaremos o no. 3. Si hay gente de Almería o Cuenca, pues que pongan a los más preparados y les votaremos o no.
    4. Que a los candidatos no los conocen ni en su casa, pues les votaremos o no.
    5. Las elecciones al parlamento europeo se realizan por circunscripción nacional. Las generales y autonómicas por circunscripción provincial.
    6. Podemos reducir el elevado número de diputados y de senadores, y de eurodiputados, y de diputados autonómicos, y de diputados provinciales, y de concejales, y de cargos de confianza. No hacen falta tantos para el trabajo que tienen.
    7. PORQUE LO QUE HAN OLVIDADO LA MAYORIA DE NUESTROS POLÍTICOS ES QUE EL PODER SOBERANO NO RESIDE EN ELLOS, SINO EN NOSOTROS QUE SOMOS EL PUEBLO.
    Y SE LO CEDEMOS PARA QUE GOBIERNEN PARA EL BIEN DE LA COMUNIDAD QUE LOS ELIGIÓ.
    Un saludo

  2. Por un lado, lo que expones de una persona un voto, por otro, es imprescindible el voto a la persona y no a la lista, es decir, listas abiertas. Que el político a quienes tenga que rendidr cuentas para ser votados sea al pueblo, a los votantes, y no exista el «trensiego de favores» hacia qiuien tiene que incluirte en «su» lista o hacia quienes puedan influir para que eso ocurra.

  3. Estamos en un estado autonómico. He votado a UPD en las municipales porque necesitabamos aire fresco, pero si siguen queriendose cargar las autonomías, las lenguas y la representacion de los minoritarios (que es lo que ellos son también), no volveré a votarles. Claro que es democrático el sistema actual, igual que el otro. Siempre habrá alguien que se queje según le convenga.Si una mayoria del pueblo vasco (por ejemplo) vota partido nacionalista entonces los diputados que representan a esa region han de ser los elegidos. Lo que tiene que hacer Upd es hacerse fuerte allá donde tenga opciones. Y defender la lengua, no se les va a caer por hablar de vez en cuando valenciano, que todos lo entendemos y es co-oficial en esta zona. Temo que a upd le pase que sus propias expectativas les superen y acaben mal, con demasiadas pretensiones. De momento aplaudo que pidan la retirada de dietas y pluses de asistencia. (podrian renunciar a ellas aún cuando los demás no lo hagan). Suerte.

  4. Por supuesto que no vale lo mismo un voto a EU y/o UPyD, que un voto al PNV por ejemplo. Y es que las elecciones nacionales no son tales, sino que siguen siendo autonómicas pero con un resultado nacional. Para que verdaderamente fueran nacionales habría que votar a una lista de 350 diputados. ¿Tu te imaginas a los partidos sentados intentando hacer una lista de 350 diputados?
    Ya me imagino el diálogo:
    – ¿A quién ponemos en el 184?
    – Al «cuñao» del xxxxxx, que no va a salir.
    – ¿y en el 135? ¿a uno de Almería o a una Cuenca?
    – eh, ¿y esos quienes son?
    – No lo sé, pero aquí están,
    – …………

    Si hay tortas por entrar en una lista a nivel autonómico, cuántas no habrá por hacer una lista nacional. Y te imaginas cuántos miembros tendría la comisión que elegiría a los candidatos, yo creo que serían 350 también.
    Qué políticos señor, qué políticos…….

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