Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

CRUZ DEL PAPADO

Ochenta y cinco años, parkinson, artritis, artrosis, cáncer de colon, vesícula excluida y secuelas del horrendo atentado, no apearon de su Calvario a este mártir cristiano, dispuesto a morir con la Iglesia puesta, en un vía crucis indeclinable.

Magistral lección de teología del dolor. Y aún pedía que orásemos por él, para poder seguir “en el servicio de Pedro”. Auténtica contumacia piadosa. Así, visitó, en esas condiciones, tres años antes, en Azerbayán ¡a 120 católicos! (un viaje durísimo para solo visitar a 121 personas), arrastrándose, bajando del avión en ascensor, moviéndose en silla de ruedas, sin voz, todo espíritu en estado de máxima entrega y lucidez, aprendiendo el búlgaro como santa cortesía para sus segundos visitados.

Mucho Pablo en este Juan. Demasiado Pablo, aquel segundo Pedro inquieto, y viajero. Cada día más agredido por sus males y cada jornada más válidamente responsable. Su cuerpo, depósito de incapacidades, ya no estaba, prácticamente, aquí, fábrica de humillación física y detrimento biológico. Su alma, anidada por el Espíritu Santo, sostenía al viejo Pastor, maltrecho, afónico, encorvado, mirada fija y endurecida, pies arrastrados, manos temblorosas, en un sacrificio sobrehumano. No importaban vida y salud. Cristo báculo y cruz, escuela de sufrimiento. Se moría a chorros. Me conmovía y despertaba un angustioso orgullo. Dios, viéndole, debía, también, estar sufriendo. Pero respetaba su libérrima disposición de servicio. Su crucifixión hasta el último aliento. Como el Padre soportó la Pasión espantosa de su Hijo.

Parece que en Mayo, en el mes en que nacimos ambos, va a ser proclamado santo. En 2005, a su muerte, la gente clamaba en Roma ¡“Santo súbito”! El formulismo eclesiástico ha cubierto los plazos. Porque el Cielo también tiene, desde el Vaticano, su burocracia. Ya tendremos en los altares al que, para muchos de nosotros, los ocupó inmediatamente. Hay que respetar las formalidades técnicas.

Fue un Papa carismático, muy universal, extraordinariamente viajero, entregado, trabajador, valiente y derribador de muros históricos. Comunicador y comunicativo. Agradable, apuesto, minero, deportista, actor, espectacular y absolutamente icónico. No había manera de no sentirse atraído por su magnetismo personal, auténtica aureola del Espíritu Santo.

Yo, como español y hombre amante de las letras, le debo su enorme interés por nuestros místicos, objeto que fueron de su tesis doctoral. Nuestros místicos, cuya lectura le fue recomendada por un sastre amigo, cuando aun era seminarista. Recordemos que en un breve pontificio titulado INTER PRAECLAROS POETAS, designó a san Juan de la Cruz como “poeta de los poetas”. Linda manera de distinguirlo al modo ponderativo de los hebreos, paisanos de Dios, “Cantar de los cantares”, “Amor de los amores”,”Luz de Luz”. “Dios de Dios”…

Oficialmente, en Mayo, va a ser Santo para la Iglesia. En la realidad de Dios, lo fue siempre. Yo le rezo y rezo por él, desde hace mucho tiempo. Rezo por y a este amigo polaco, a este hermano Wojtyla, con tanto Juan y Pablo dentro, que ya ha visto el Rostro del Señor. La espectacularidad de su apostolado fue ecuménica. Otros Papas previos, no contaron con el viaje aéreo y la televisión. Pero su universalidad no dependía de superiores medios técnicos. Fue Juan y fue Pablo y fue Cristo crucificado, desde su más íntima interioridad, aunque la repartiera por el mundo entero. Cuando se arrodillaba para besar la tierra del país visitado, a pie del avión que lo trajo por el cielo, un beso del Cielo se posaba sobre el suelo. Las dos geografías del Padrenuestro…”hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo”… Y aquel pobre viejo encogido se nos hacía enorme en la sencilla cortesía teológicamente diplomática. En Mayo de este año, la Iglesia oficial enriquecerá su nómina de santos. Para mí, que también soy iglesia, era santo desde antes de dejarnos. Juan Pablo II, de soltero, Carlos Wojtyla.

Estará en los altares. En mi corazón, ya lo tenía. Lo tuvo siempre. Mi compañero de mes natal. Mi amigo del alma…

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14 COMENTARIOS

  1. Su cuerpo, depósito de incapacidades, ya no estaba, prácticamente, aquí, fábrica de humillación física y detrimento biológico. Su alma, anidada por el Espíritu Santo, sostenía al viejo pastor.

    D.Luis, esto me llega al corazón, yo le queria , y desde que murio noto mucho su ausencia,desde aqui le digo a usted que siga escribiendo, y deleitandonos con sus articulos,siempre que pueda,tambien asumo el riesgo como dice el señor Wiberto Rizo,de que le hacemos la pelota si es asi,cada cual es libre de pensar, y de opinar. Un fuerte abrazo amigo Luis.

  2. Si Juan Pablo II lo hizo todo tan bien, alguien podría explicarme la razón por la que cada vez va menos gente a la Iglesia y el 80% de los que van, tienen más de 60 años???

    No creen que algo está fallando en la Iglesia «Católica»???

  3. Señor Galbis, ojalá usted me sobreviva y nuestra amistad crezca hasta el punto de que sea usted quien escriba mi epitafio, o el discurso de mi entierro.

  4. Para esceptico,Créo personalmente que lo hizo muy humanamente bién,y dejo huella de ello, pero pienso que usted quiere divertirse en este foro para ver quien le contesta,si falla algo como usted dice puede ver las cuentas, en las Iglesias, los donativos,las cáritas que cada vez la»gente» como usted dice, hace sus donaciones para los mas necesitados.Asi que el que falla en información es usted.

  5. Aún con el riesgo, perfectamente asumido, que me digan que, mi hijo y yo, le hacemos la pelota, no tengo más remedio que volver a felicitarle por su magnífico artículo sobre Juan Pablo II.
    Este Santo Padre siempre fué un enigma para mí. Admiré, siempre, su entrega, su amor a todos, católicos o no, su fortaleza espiritual y cuantos adjetivos espirituales se puedan escribir.Sin embargo, algunas actuaciones suyas, sobre las que no quiero entrar, nunca las entendí. Quizá me falta algo de fé. No sé. Pero me alegro que la Iglesia lo haga santo.
    Reciba Luis, de nuevo, mi «sincera»felicitación y, digan lo que digan los clásicos agoreros, no deje de deleitarnos los sábados y domingos.
    Y si no tiene más adeptos, piense que hay quién, cuando escribe, avisa y pide el aplauso por facebook. ¿O no?

  6. Muy bien Luis.Exquisitamente escrito,quien pudiera tener tu pluma y la claridad de tu mente.
    Has sabido tocar el tema y nos has informado.
    Gracias
    Atila.

  7. Señor Escéptico, me gustaría llamarle por su verdadero nombre, aunque respeto su seudónimo por lo que usted me contesta se lo merece, me disgusta a veces oír en el foro estos comentarios porque a veces dan entrada a debates largos para desacreditar a la iglesia, y a personas, como me comenta usted no es su caso, sabe usted que los que vamos a misa rezamos por todos nuestros hermanos y lo hacemos de corazón, hoy en día es un poco difícil de comprender.Señor Escéptico le voy a confesar soy padre de dos hijos uno de ellos actualmente tiene 30 años, licenciado en estudios eclesiásticos, teología, y filosofía, le puedo asegurar la fé el trabajo, con que lo lleva y lo vive, me reconforta a mi esposa y ami tanto que, aunque no pueda disfrutar de su compañía todo el tiempo que quisiéramos que es muy poco estamos contentos.Observo también que muchos jóvenes en la misa no saben estar,las manos en los bolsillos, una pierna encima de la otra, ablando, riendo, jugando con el móvil, de quién es la culpa?…

    Un saludo para usted de corazón

  8. Estimado Sr. Castelló, nada más lejos de mi voluntad que pretender divertirme con un tema tan serio e importante como este.
    Provengo de una familia católica, mis hijos estudian en un colegio de religiosos y yo soy católico practicante. Por ello observo con triteza, como con el paso de los años, los católicos practicantes hemos ido envejeciendo y las nuevas generaciones no se incorporan a esta, nuestra querida, Iglesia Católica.
    Solo estaba planteando una «reflexión» para taratar de identificar las causas que provocan que estas nuevas generaciones «pasen» de nuestra Iglesia.
    Algo estaremos haciendo mal, Sr. Castelló, y el Papa, como cabeza visible de nuestra Iglesia Católica y vicario de Cristo en la Tierra, tiene una responsabilidad fundamental en buscar soluciones a este importantísimo problema.
    El futuro está en las manos de nuestros jóvenes y si nosotros, los «católicos veteranos», no sabemos atraerlos a nuestro lado, para realizar juntos el camino de esta vida, cual es el futuro de nuestra querida Iglesia Católica???
    Cual es el futuro de nuestros jóvenes???

  9. Al Escéptico, y con todo el respeto del mundo, el mismo que pido para mí, le diré que Juan Pablo II no tiene nada que ver con que la gente vaya más o menos a la Iglesia.
    Juan Pablo II, como digo en mi comentario anterior, nos dió todo un ejemplo de vida, de amor a los demás y de comportamiento. Podría estar toda la mañana glosando adjetivos espirituales sobre tan gran persona.
    Aún lo recuerdo en su ventana del Vaticano, casi muriéndose y dirigiéndose a los creyentes con toda la entrega posible.
    También digo que hay cosas de su Pontificado que no entiendo, ni quiero entrar, pero atribuirle a él que la gente deje de ir a la Iglesia, cuanto menos es arriesgado, por ser benévolo con Ud., Escéptico. Si la gente va menos, que lo ignoro porque yo no voy, y eso que sobrepaso los 60, no es por la gran figura de Juan Pablo II, sino por la soberbia y prepotencia de algunos ministros de la Iglesia, de aquí y de fuera.Desprecian todo lo que es diferente a ellos, es decir, a quién no piensa como ellos, pero no podemos echar en saco roto la gran labor humanitaria que la Iglesia hace. Seamos justos.
    Espero, Escéptico, no haberle molestado. Tenga la seguridad que mi intención no era esa.
    Reciba un cordial saludo.

  10. Que buena gente tenemos en Novelda.

    Sr. Rizo, Sr. Castelló, un fuerte abrazo

  11. Querido Luis:

    Apaciguados los ánimos, quería escribir algún recuerdo a propósito de tu artículo.

    Este Pontífice, recibido con tantas dudas, incluso con frialdad, en la Curia Romana, e incluso en el pueblo «uno estraniero», decían, fue el Papa de la transición desde la sangría del Concilio Vaticano II hasta una nueva primavera para la Iglesia.

    La Iglesia había quedado muy maltrecha después de la «Humanae Vitae» de Pablo Sexto y la gran deserción de los eclesiásticos y escándalo del pueblo fiel. En una sola Orden Religiosa, 22.000 frailes colgaron la sotana: es decir la población de Teruel capital. A eso hay que sumar las Congregaciones dependientes espiritualmente de la Compañía de Jesús. Amarga, muy amarga herencia fue la que recibió Juan Palo II. Además de los millares de desertores, la Teología de la Liberación, los abusos sexuales del clero, la desobediencia de muchas Conferencias Episcopales en pleno.

    Él sabía que su fuerza era la Eucaristía y la oración. Por eso a las seis de la mañana acudía a su oratorio y, postrado en el suelo, se preparaba para celebrar la Santa Misa.

    He podido escucharle muchas veces, especialmente en el Angelus de los domingos. A través de los buenos oficios de un Monseñor, pude estar con él unos minutos en la Sala Clementina. Le expuse mis deseos, me hizo la señal de la Cruz en la frente y añadió: «bonus et fidelis» y le besé la mano, aunque, quizá como hispano, lo que yo quería era darle un abrazo.

    Juan Pablo II fue el motor de mi vocación sacerdotal -antes de ese encuentro, yo no pensaba en nada de este tipo- después fui formándome en Filosofía, Metafísica y Teología y, una tarde de la Solemnidad de la Ascensión del Señor me impuso las manos y me dijo: ¡bene, servus bonus et fidelis!»

    Es un recuerdo personal pero habla de la atracción del Papa Juan Pablo II. Pienso que es nuestro Papa, el de nuestra transición. Y alabo la decisión de su sucesor, el Papa Benedicto XVI, de saltarse todas las normas del Dicasterio para elevar a los altares, el próximo 1 de mayo al Beato Juan Pablo.

  12. D Luis magistral articulo, gracias.

    Sr Esceptico, no estamos haceindo nada mal, nuestro camino es la cruz y la persecucion, cuando hacemos algo mal es cuando triunfamos, como ocurrio durante la dictadura.

    El mensaje no hay que adaptarlo, porque imagino que ud se refiere a que todo valga, todo esta bien. Y no todo vale ni todo esta bien.

    Es la senda estrecha señor mio.

    El camino es la cruz.

    Nosotros somos sal y luz, pero la sal se deshace, pasa desapercibida, no mueve ruido.

  13. Gracias, Escéptico, por su cariñosa contestación.
    Reciba un cariñoso abrazo

  14. Gracias Coco, por recomendarnos el artículo de D Luis: “La Soledad”; me ha encantado.

    Yo no conocía directamente a nadie de Novelda pero, leyendo vuestros comentarios, he caído en la cuenta de que sois todos muy cultos, fantásticos, perfectos. En Novelda, el más tonto hace relojes: y ese debe ser D. Javier. Leyéndoos uno se figura que este Sacerdote es lo peor de Novelda y comarca: el enemigo a abatir, aquél a quien hay que eliminar y no dejarle lugar para que escriba. Es enemigo del pueblo, no hace nada bien; es prepotente, vanidoso, no sabe escribir, necesita tomar ocho cervezas para conseguir acabar un artículo; sus artículos son tan pesados como la Suma de Santo Tomás . Es un cobarde que necesita ser apoyado por cientos de personas en facebook.

    Pero, me pregunto, yo ¿por qué le apoyamos tanta gente? ¿Nos habrá dado un bebedizo o varias sesiones de sofrología y parapsicología? ¿Será un vidente, un adivinador o un curandero?

    A quienes le conocemos y comentamos sus artículos nos parece que D. Javier es un Sacerdote entregado y ejemplar. Nos ayuda mucho con su oración y sus consejos espirituales. Nos parece un hombre humilde y coherente. ¿Acaso no ejerce su Ministerio Sacerdotal al 100% cuando, además de sus encargos pastorales, nos acoge a tanta gente?¿No recuerdan del Catecismo que el Sacerdote, sea quien sea, es otro Cristo?

    Me viene a la cabeza lo de Jesús cuando vuelve a su pueblo, a Nazareth, se extrañó de su falta de fe y no hizo allí ningún milagro.

    Eso le ocurre a D. Javier le queremos y le valoramos todos (tiene cientos de amigos en la red) menos algunos de Novelda, su pueblo. En efecto, “nadie es profeta en su tierra”.

    A Jesús, muchos le seguían, los pobres, los necesitados y Él daba a cada uno aquello que le hacía falta. Pasó por la tierra haciendo el bien. Pero también despertaba mucho odio, tanto que acabo muerto en una Cruz como lo peor.

    La gente no es tonta y no se le engaña tan fácilmente. Si nosotros apoyamos a D. Javier es porque él se nos ha entregado primero, con obras y de verdad: además todo gratuitamente y sin necesidad de fármacos.

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