Art. de Claudio Rizo Aldeguer

ZAPATERO: CUIDADO CON EL “SIMPA”.

Parece inevitable la recuperación de aquella expresión del “Simpa”, acuñada no hace tanto (si es que alguna vez tomó vacaciones), y atribuida al personal que abandonaba la barra del bar a la carrera, quemando rueda, a lo Alonso en sus mejores tiempos, sin acordarse, no ya de la propina, qué digo, sino de las gambas, del pescadito y de ese vino blanco que resucitaba a un muerto, y que hoy, el pillo, llevado por ese morbo tan humano, practica todavía más, desde la obligación actual de volcarse a los placeres del humo a la intemperie alejado de los ojos fiscalizadores del camarero. “Oiga, voy a hacerme un cigarrillo afuera, entro enseguida”. Y hasta luego, cocodrilo. No es broma, aunque desde luego no somos así la mayoría; pero cierto es que muchos bares y restaurantes se están replanteando nuevas fórmulas de cobro anticipado “no agresivas”, que disuadan de esta morbosa seducción por “un paseo romántico” tras una opípara ingesta. Veremos qué tal se les da en la explicación del pago. Lo cierto es que, así, a primer golpe de ley, los bares deben estar resintiéndose, aunque sea por la tan repetida expresión del cliente de toda la vida: “Mire, si no me deja hacerme mi cafelito mañanero con mi tostada, por lo que me mete dos euros y pico, acompañado de un buen cigarro, me quedo en casa. Que me sale casi gratis, y fumo”. El segmento social que secunda esta frase no es nada despreciable para los ingresos de un bar de esquina, de un pueblo o de un barrio de una ciudad cualquiera. Y su butaca, esa butaca habitualmente ocupada, o todas esas butacas habitualmente ocupadas, dudo que vayan a ser reemplazadas por nuevos clientes no fumadores que digan a la parienta después de diez años de desayuno casero: “Cariño, hoy bajo al bar, ¡está por fin libre de humos!”. Esos dos euros y pico, multiplicados por veinte clientes diarios, y por siete días a la semana, salvo deshabituación rápida del adicto, improbable, va a tirarse al pozo sin fondo. Dificultades añadidas a esta terrible época que en lo económico vivimos.

Aun con la torpeza de esta brusquedad, reconozco muchas virtudes y valentías en determinadas leyes “zapateriles”, algunas de ellas verdaderas primicias en el panorama europeo. Por ejemplo. Aquella primera de Zapatero de retirar las tropas españolas de Irak, que cerraba un dislate histórico acometido por el Gobierno anterior; el Divorcio “Expréss”, por el que se eliminaba toda causa en la ruptura matrimonial; la ley de igualdad de género, que buscaba el justo lugar de la mujer en la sociedad; el famoso “Cheque-Bebé”, o el alargamiento de la prestación por desempleo, por desgracia, hace poco derogadas ambas por la insostenibilidad del sistema; el matrimonio entre personas del mismo sexo, que tanto soliviantó a la Curia y a los civiles de mollera dura; pero más…: la discutidísima ley del derecho individual de la mujer a la interrupción voluntaria del embarazo, levantando una bilis en su contra que todavía brama llamándole incluso “asesino”; la reforma laboral “a la derecha”, muy dañina para el trabajador, en pensiones o jubilación, nada de izquierdas, vaya, pero según el baremo del “presi”, imprescindible para sobrellevar las insoportables circunstancias actuales; y, sospecho que, si tiene tiempo, no se irá sin antes dejar en nuestro Código Civil grabado otro aldabonazo, que muchos entendemos acorde con un mínimo de dignidad hacia la persona: la Ley de la Eutanasia, nueva fuente de rayos y centellas que veremos en qué acaba. Aunque yo lo presiento.

Pero parece curioso, insito. Que José Luis Rodríguez Zapatero, habiendo salido relativamente airoso de algunos (sólo algunos) embates tan encarnizados, solventando leyes de tan antigua reivindicación como de enconado rechazo, no haya sido capaz de crear un suave pasadizo hacia la deshabituación del adicto al tabaco, sin cabreos innecesarios del cliente ni lucros dejados de percibir por el gerente. Una especie de tregua, de miedo diferido…, si se quiere, una pesadilla anunciada cuyas sacudidas se vayan sintiendo mes a mes. Aclimatando. Por eso creo que se ha equivocado al elegir la técnica del “tajo radical”, en lugar de haber previsto, por ejemplo, una razonada, y clara, regulación de locales privados en donde uno poder ir a morir libremente rodeado de humos, caso de que finalmente se instauren, o de facilitar reutilidades a aquellas obras (¿inversiones?) a las que fueron obligados los dueños de los restaurantes hace cinco años y que hoy no valen para nada. Anticiparse, o sea, al galimatías jurídico actual en que se ha convertido el patio tabernero español.

Curioso sería, quiero decir, que además de la crisis, injustamente a él atribuida por sus contrarios, el humo que trata de apartar de las españas pudiera terminar por precipitarle al abismo. El cigarro hay que saber apagarlo bien. Estoy de acuerdo. Pero si es suavito, suavito, mejor.

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3 COMENTARIOS

  1. De esta no salgo. Seguro que aquí me pasan a cuchillo.
    Me toca bailar con la fea Claudio. Conociendo como las gasta la oposición de Zapatero es prácticamente suicida defender cualquier cosa que haga, pero claro uno tiene sus principios, y además los gasta.
    Encima, leyéndote, acaba uno pensando que vale la pena dejarse llevar, que bien dichas las cosas suenan mejor.
    Pero no. Quizá mis 10 meses de exfumador que acabaron hace 4 tengan algo de culpa, y, aunque me duele la norma, yo no veo esas cuentas tan claras. He preguntado en los locales que visito con la naturalidad de un cliente de muchos años y buscando la sinceridad. Lo normal en tres ha sido esta frase. “Pues algo si se nota, pero no tanto, la gente sigue viniendo igual”. En uno de ellos el propietario me dijo que donde lo notaba realmente era en las maquinas, ya que los clientes, mientras estaban en la maquina se tomaban dos o tres cubatas y un paquete de tabaco, y ahora jugaban menos porque con los nervios salían a fumar y ya no entraban con el consiguiente bajón en caja.
    Lo del Sinpa si que es algo en lo que no había pensado… ¿Cómo se te habrá venido a la cabeza a ti?
    El relato de la valentía de Zapatero en algunas de sus propuestas es muy valiente a su vez por tu parte, dada la animadversión existente en algunos sectores de la sociedad, a todo lo que suene a su derrota en las elecciones y lleve el sello del vencedor, ya que, sea lo que sea lo propuesto la critica ha sido atroz y destructiva siempre en su mandato, desde el principio.
    Puede parecer burro, u otras cosas, pero cobarde no, quizá derrotado por las finanzas, verdaderos amos y señores del mundo además de principales beneficiarios de las desgracias de este
    Por lo demás, (y ahora es cuando me hago el harakiri), las quejas de fumador como tales, las que tienen por motivo el derecho a fumar y la adicción a su droga, (que también es la mía), es absolutamente idéntica a la que hace años , y cada vez menos, sonaba con cánticos a la libertad de fumar marihuana y su legalización, cuando es más que sabido que lo peor de esta droga es, aparte de que se fuma, que obliga a muchos jóvenes a visitar y adentrarse en mafias y ultramundos para conseguir una hierba que se podría vender en estancos, acabando así con las mafias y generando unos ingresos escandalosos, como el tabaco.
    Denle tiempo a la norma y se convertirá en normal, como no fumar en hospitales, colegios y demás dependencias en las que hace 20 años se fumaba.
    Lo de los gastos generados por dividir los locales en dos y ahora cambiarlo si que es un desastre, una imprevisión que ha costado mucho dinero.(Esto es para suavizar las posibles críticas).

  2. Esta Ley es una torpeza e injusta. Las Leyes se hacen para armonizar la convivencia entre las personas y ésta concretamente no armoniza, sino, que demoniza al fumador. Que el fumador no moleste ABSOLUTAMENTE al no fumador está fuera de toda discusión. Pero porque no se pueden hacer habitáculos para fumadores por donde no tenga que pasar jamas un no fumador ni un menor. Una Ley separadora y muy mala

  3. No os podéis figurar los fumadores,lo bien que puede ir un no fumador, a comer ahora a un restaurante cualquiera,es una bendición.Lo que yo no comprendo es,¿como estas personas no se daban cuenta del perjuicio que estaban causando a los que no somos fu-
    madores,cuando estábamos comiendo y tragándonos el humo de su cigarrillo,deseando
    salir cuanto antes del restaurante por la falta de higiene y que no podías protestar porque
    se fumaba en todo el local?.Hay que ser bastante inconsciente para no darse cuenta de ello.Nos acusan a los no fumadores de acosarles,cuando en realidad los que estábamos acosados éramos nosotros.Comprendo que para un fumador es bastante fastidioso el te-
    ner que salir a la calle a fumar,pero es el precio que se debe pagar si queremos tener una
    cierta calidad de vida.No todos somos drogadictos,porque eso es lo que son los fumado-
    res,el tabaco es una droga porque lleva muchas sustancias adictivas que no permiten dejarlo cuando uno quiera,y también el alcohol lo es si no se sabe beber con moderación.
    Por lo demas,cuando pasen unos meses o quizás un año,todo volverá a la normalidad,el
    ser humano siempre ha ido en contra de cualquier decisión o ley que signifique respetar
    algunos comportamientos que les suponga un cambio en sus costumbres.
    Mis respetos para todos,fumadores y no fumadores.Un saludo.

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