Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

EL HIMNO

Está de moda ocuparse de él. De nuestro himno nacional, privado de letra. Incantable, por tanto. Y de tratar de hallarle remedio a su hospiciano mutismo verbal.

Yo, habida cuenta de la dosis de violencia, orgullo identitario, chauvinismo y demagógica afectación de todos los que conozco, de un patrioterismo elemental y cutre absolutamente insoportable, casi me alegro de que el nuestro consista en una simple melodía, más o menos ramplona. Me gusta ver como en los encuentros internacionales de fútbol en que participa nuestra selección, los jugadores del equipo adversario, con la mano en el corazón y el gesto fiero, entonan el propio con el feo ademán de la bocaza abierta y el cuello tenso, en tanto que los nuestros, escuchan firmes, con la boca cerrada y la disposición respetuosa y correcta, los sones del nuestro. Van a jugar a una cosa lúdica y deportiva. Y no se fingen guerreros, gracias a Dios. Mejor callados que profiriendo las violencias vehementes que suelen salir de las gargantas de todos los europeos puestos a cantar su himno patrio. Europeos y americanos y chinos… Nosotros solo música. Sin voz amenazante y vengativa. Muy civilizado y actual. De cuando ya no tenemos ejército reclutado sino profesional y mercenario y además, formado por muchos colombianos y gentes de otros orígenes, inmigradas. Y, en lugar de armado hasta los dientes, poniendo tiritas por el universo mundo. El que un día ministró, y aún administra, una señora embarazada. ¿Cabe algo menos castrense?

Los himnos nacionales son canciones violentas, debeladoras de presuntos enemigos, coactivas, amenazadoras y exaltadoras de la entrega de la vida en el intento de privar de la suya a nuestros malvados atacantes. No hay himno que no huela a guerra. A muerte. A sacrificio de la vida. A entrega de hasta la última gota de sangre. Pero, sobre todo, a exterminio de los contrarios.

Ser el único país del mundo que no tiene un himno nacional con texto, significa que representemos la única sociedad occidental y desarrollada que no canta esas intemperancias rancias y superadas, que solo pueden hallar sentido en una concepción de lo nacional irascible, enemistada, a la defensiva y violenta, cuando lo que se lleva es la unificación de mercados, la supresión de fronteras, la globalización financiera y el hermanamiento de las gentes, cada vez más unas y menos distintas.

A mi me agrada que en nuestro himno no se digan porque no tiene palabras, cosas como estas, de la Marsellesa, el himno de Francia : “Que una sangre impura riegue nuestros surcos “ (la del enemigo, por supuesto, con una connotación, además, que huele a racista); o ¿”No oís bramar por las campiñas a esos feroces soldados? Pues vienen a degollar a nuestros hijos y nuestras esposas.”…

En “Els segadors”, himno de los catalanes nacionalistas y no nacionalistas, se dice: “Echad mano a la hoz. Que tiemblen los enemigos al ondear de la enseña. Como las espigas de oro así caerán las cadenas. ¡Segad a ras, segad a ras!.. “! Segad, ¿qué, sino cabezas enemigas?..

Y ¿qué decir del himno alemán, que empieza de este modo: “Alemania, Alemania, sobre todas las cosas de este mundo…” Parece de una prepotencia y soberbia inasimilables. ¿Por qué sobre todas? ¿Ninguna a su altura; todas por debajo? Todo, absolutamente todo, Alemania y el resto, basura.

Los himnos no son apacibles ni pacíficos. Los himnos son exaltaciones agresivas con mucha sangre y mucha muerte…No me gustan los himnos. Y de gustarme alguno, sería el chin chin nuestro actual, que no hiere ni ofende ni mata ni muere…Que es un himno civilizado, solo representativo de una entidad nacional, por lo demás, tan cambiante como que yo en mi bachilleratro estudié que Murcia y Albacete eran una misma Región , que ya no lo son. Como también estudié que Navarra fue alguna vez francesa y que Portugal estuvo integrada en España cuando en ella reinaba Felipe II. Una cosa es no tener idea de lo que es una nación, como Zapatero afirmó en su día, y otra, que haya que cantarla con brutalidad, violencia, ansias de sangre y disposición a la muerte propia y ectraña…

Y que, por si fuera poco, ni española es la música de nuestro himno, regalo a España de Federico de Prusia para ser llamada “Marcha de Granaderos”…Pero es lo de menos. La hemos metabolizado. La sentimos. Y cuando suenan sus notas, ya entrañables por el uso repetido, sentimos, a veces, algo en el pecho y nos emocionamos como corresponde. Con eso basta. Que maten y odien y derramen sangre impura, y sieguen a ras, los otros, los tontos violentos que aún quedan por ahí…

Me gusta mi himno sin letra, que es como decir himno sin armas. Música desarmada. Un himno de gente que ama la paz. Que no lo cambien por favor. Y el que desee cantar patrióticamente, que se acuerde del zarzuelero “Banderita tu eres roja…” O de “Asturias, patria querida”, que además es divertido y recuerda una merienda entre amigos con mucha sidra por en medio…

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5 COMENTARIOS

  1. Buen artículo de opinión con una interesante y respetable visión sobre la falta de letra en nuestro himno nacional.

    Sólo dos comentarios:

    – Sobraría el comentario sobre el embarazo de nuestra Ministra de Defensa
    – Si nuestro himno carece de letra se debe a la postura de enemigos irreconciliables de los dos grandes partidos del escenario político español. Sería muy fácil llegar a una letra consensuada si no fuera por la prepotencia del PP y PSOE.

    Gracias al autor del artículo, Luís Beresaluze.

    Javier Sansierra

  2. Fins a quin punt pot arribar la desconeixença de nosaltres mateixos… Senyor Luis Beresaluze, em pareix molt bé que vosté escriga tot açò sobre l’himne espanyol i d’altres més llunyans. I que parle dels Sesgadors també em pareix molt bé, però cal dir que parla de la versió més antiga, del segle XVIII.

    Però el meu comentari venia per dir que l’exaltació de la nació no ha de ser sempre violenta. Heu sentit l’Himne Valencià, l’any passat complí 100 anys, ni més ni menys. Jo el preferisc en la versió més digna que parla d’una Nació i que no parla d’ofrenar glòries a Espanya (no sé què guanyem oferint-ne) si no d’estar tots junts baix els plecs de la nostra senyera. Ara bé, segurament molta gent no sabrà que hi ha més himnes patiòtics valencians. En realitat, molt poca gent sap res sobre aquesta nació que té més de 700 anys. Si se’m permet, vaig a penjar les lletres de dos himnes valencians, un d’ells fet per Maximilià Thous, el fill del creador de l’himne de l’Exposició, himne oficial a hores d’ara.

    CANÇÓ DE LLUITA (també anomenat de Cant de Redempció)

    Maximilià Thous (lletra) (1922)
    Miquel Asensi (música) (1922)

    Valencians, molt de temps (en)s’allunyàrem
    oblidant-nos que érem germans.
    Ajuntem-nos, que ja arribat l’hora
    de ser lliures, de ser valencians.

    Ja sobre els camps d’Iberia
    per tot arreu esclaten
    les flors que són els símbols
    de pàtria i llibertat.
    I mentre altres cullen
    els fruits de la victòria
    el Poble de València
    no deu d’estar parat.

    Valencians, defensem nostra terra
    contra lladres, botxins i tirans.
    ajuntem-nos, que ja ha arribat l’hora
    de ser dignes, de ser valencians
    ______________________________

    VENT DE PONENT

    ¡Vent de Ponent!…

    ¡Vent de Ponent!…

    Llauradors, nostra terra perilla.

    Agermanats, l’amor sant defensem.

    Vil estrany maganxos nos humilla…

    ¡Valencians, per la Patria breguem!

    ¡Defensem la nostra casa,

    geni i llengua, sang i raça!

    ¡Per honor i dignitat!

    ¡Per la santa dignitat!

    Vent de ponent marcix la collita.

    Vent de Ponent lo cor debilita

    i el nafra i el crema, gelat o ruent…

    ¡Vent de Ponent!…

    ¡Vent de Ponent!…

    ¡Poble meu, poble meu, qui t’ha vist,

    fort, gojós…i ara dèbil i trist!…

    Dones flors i et tornen espines.

    Treballant, treballant, t’arruïnes.

    Fores l’alba llevantina;

    teua fou la mar llatina;

    escampà ta glòria el vent…

    ¡I ara esclau d’un fort ponent!…

    Vent de ponent marcix la collita.

    Vent de Ponent lo cor debilita

    i el nafra i el crema, gelat o ruent…

    ¡Vent de Ponent!…

    ¡Vent de Ponent!…

    Rompa fort nostre clam, colliters.

    Del cultiu detinguem els quefers:

    El Ponent maleït tot ho arrasa,

    els verds camps i la sang nos abrasa.

    ¡Alcem murs, alcem racers

    protectors de nostra casa…

    i refresque nostra llar

    l’alenada de la mar!…

    Vent de ponent marcix la collita.

    Vent de Ponent lo cor debilita

    i el nafra i el crema, gelat o ruent…

    ¡Vent de Ponent!…

    ¡Vent de Ponent!…

  3. Estimado Luis, nunca me había parado a meditar sobre nuestro himno en la forma tan, para mí, brillante como Ud. lo ha hecho. Porqué no tiene letra lo sé, pero en la excelente clave que Ud. nos explica, mejor que siga sin tenerla.Efectivamente, la letra de todos los himnos nacionales son crueles ,excluyentes y racistas. Mejor sólo la música, sin duda, y si ésta es la de Riego, mejor.Ahora bien, no voy a dedicar ni segundo de mi vida en este último deseo.De nuevo, mi enhorabuena por su escrito.

  4. He leído con atención esta mañana el escrito, ayer casi ni me acerqué al ordenador. De nuevo te felicito, Luis, por la brillantez del texto y la inteligencia en su exposición. El «argumentario» (si se me permite el palabro) me ha parecido impecable y culto su lenguaje (se agradece mucho); y no estaría de más que muchos españoles leyeran esta carta cuando se «retome» el manido asuntillo de la letra para el himno español, pues como pasa con tantos otros temas que van y vienen, a este tampoco le es ajena esta circunstacia y antes o después saltará a los medios en forma de debate o discusión, normalmente inofensiva, por 3 o 4 días, hasta que se vuelva a arrinconar. Afortunadamente, esta cuestión de la letra no se encuentra entre los temas candentes en esta España para algunas cosas tan candente, demasiado a veces…

    Pues eso… de nuevo mi «Chapeau» para otra cosa tuya. Muy buen artículo. Sí señor! Leído y disfrutado.

    Un abrazo.

  5. A mi también me gusta el artículo, el contenido y el «continente».
    Lo de la ministra de defensa que va a ser madre yo lo veo al revés. ¿Conoce usted, señor Galbis, a alguien con mas coraje que una madre?
    Por otro lado , y esto es lo que ya no va a gustar tanto, veo el himno, las banderas y las religiones como unas formas falsas de identificar y dividir a las personas, de agruparlas en torno a ideologías que la mayoría de veces o son inciertas o violentas como dice en su artículo. Se que el mundo es así y es tradición, pero a mi no me gustan.
    Habla de las letras violentas de la mayoría de los himnos. Eso, creo yo, responde a la máxima de «crea un enemigo y tendrás un pueblo unido».

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