Que bien iría todo si no tuviéramos problemas, si todo fuera de color de rosa y el camino no tuviera piedras.
Pero sin piedras el camino se derrumbaría por no tener cimientos, si todo fuera de color rosa terminaríamos por caer en la monotonía de un solo color.
Por eso, creo que la vida es auténtica cuando valientemente asumimos aquello que nos sucede, si tomamos con valentía nuestro vivir cotidiano y lo disfrutamos.
Si por un momento nos paramos y hacemos reflexión, descubrimos en nuestro corazón un gran anhelo de felicidad, una felicidad plena, que no pase, que no termine. Ese deseo que encuentras es una llamada a la autenticidad, a ser de verdad.
Es cierto, que en esta aventura de nuestra felicidad no siempre acertamos, hay veces que ante encrucijadas de nuestra vida nos hemos equivocado y parece que ya no hay vuelta atrás. Pero, permíteme darte una grata noticia: Es tiempo de recomenzar, de ponernos en pie, dejar nuestras excusas en el suelo y emprender de nuevo el camino.
Es verdad que es un camino que parece difícil pero que a lo largo de la historia muchos hombres y mujeres lo han recorrido, han dado ejemplo de su felicidad e incluso algunos han entregado su vida por ella. Es un camino para valientes, es un camino para ti, es oportunidad para tomarte la vida en serio, tengas la edad que tengas, ya seas joven o viejo, estás a tiempo de ser feliz.
Te propongo que me acompañes hasta Japón. Allí cuando se rompe un jarrón no lo tiran a la basura como haríamos nosotros, a jarrón roto florero nuevo; sino, que usan la técnica del “kintsugi”, consiste en ir uniendo cada una de las piezas de cerámicas rotas con oro, haciendo de esa pieza la única.
Sin tenernos que ir tan lejos, cojamos las piezas de nuestra vida y vayamos reconstruyendo y sanando nuestras heridas, hagamos de nuestras vidas obras de arte únicas.
Déjate moldear por el mejor alfarero, porque no hace falta irte a Asia para recomenzar, es tiempo de recomenzar, es tiempo de resucitar. Jesús el mejor alfarero, que trata nuestro barro con la mayor de las ternuras.