Por los comentarios suscitados por un reciente articulo mío en ese periódico, he llegado a conocer por qué me cuesta tanto entrar en ese pueblo, que quiero y considero mío y tanto me cuesta medio conseguirlo. Ahora resulta que es por mis ideas políticas. Ideas que no tengo o que trato desesperadamente de no tener, si es que alguna vez las he siquiera rozado.
Es triste conocer y catalogar a alguien por sus ideas políticas, aunque las tenga, que allá él con ellas. Por debajo de esas ideas hay un hombre, un ser humano, con profesión familia, amistades. Con una vida digna de respeto. Sus ideas políticas, si las tiene son solo una de sus circunstancias vitales. Yo he conocido una España en la que se moría por las propias ideas. En la que se mataba por ellas. Se puede concebir, amigos novelderos, algo más trágicamente absurdo?
Yo quiero ser conocido por mis ideas. Un hombre sin ideas no es un hombre. Mis ideas generales, sobre la vida, el honor, el trabajo, la dignidad y la hombría definiendo mi carácter y modo de estar entre un prójimo a quien amar, piense como piense; esas son las que me interesan. Y las que querría que conociese mejor parte de ese amadísimo pueblo, que, por lo visto, me tiene amortizado por mis presuntas ideas políticas. Las peores ideas que se pueden tener y que yo rehuyo cuanto puedo.
Si no estuviera feo, como dicen los ingleses, hablar de uno mismo, yo os diría que soy o quiero ser un hombre libre, liberal, cristiano, partidario del mercado abierto en los intereses que mueven el mundo, de la legítima propiedad privada y los valores todos de la convivencia. Es decir, del amor al prójimo.
Yo he escrito durísimamente sobre el presidente Zapatero en un medio local. Porque le dijo a la madre de Irene Villa que el era también una víctima del terrorismo porque le mataron a su abuelo. No voy a entrar en las circunstancias de esas muertes, tan distintas. Él un militar y en circunstancias de guerra. He criticado su vaciedad verbal. La que le lleva a tener optimismos antropológicos o a afirmar en una Asamblea mundial que la tierra no es de nadie; solo del viento. Me molesta tanto este sujeto como aquel que nos metió en una guerra que no queríamos nadie, ni sus compañeros de gobierno y partido. El de los pies sobre la mesilla del rancho de Bush. Y me molesta más el que permitió que se matase a dos inocentes, sin juzgar, en un monte de Alicante, por agentes, retribuidos por mi, con balas y cal viva también pagadas con mi dinero. Como no acepto que Ripoll se alíe con los socialistas alicantinos para meter gente suya en el Consejo de CAM; o que lo haga la señora Aguirre, colocando a un comunista en Caja Madrid para fastidiar a Gallardón, a quien, de paso, llama hijo de puta, “que se fastidie ese hijo de puta…” Y menos, que el curita Camps llame “amiguito del alma” al ladrón de los bigotes. O que los tránsfugas de Benidorm pretendan ser socialistas de ida y vuelta, vía jovencísima senadora (Senatum era para seniors), Pajín.
Esas son mis ideas políticas, amigos que querría que lo fueseis, novelderos. Las de un hombre que huye de las izquierdas como de las derechas. Y del centro que ambas pretenden ocupar.
Las de un hombre que aborrece la política porque solo ve en ella profesión de ganapanes o “furtapollastres” como decía mi amigo Pedro Zaragoza. Un hombre que fue niño de la guerra y vivió en sus carnes y espíritu la destrucción de su familia, robada primero por los rojos, cuando estaba esperando el final de la guerra en la zona de Franco y casi rota por el intento de asesinato de su padre, cuando de regreso al pueblo, a recuperar lo suyo, casi lo matan las autoridades, protegiendo al descuidero que había desvalijados sus oficinas y almacenes. Algo que nos constituyó en madrileños por decenios, sin un duro, empezando de nuevo mi pobre padre en aquellas horribles circunstancias, y haciendo mi madre prodigios en la multiplicación de los panes y los peces, sin volver a su origen hasta ya casi la hora de abandonarlo definitivamente. Mi padre. Ella, murió allí y allí descansa, en el Madrid de mis cuatro hijos. Si mi padre, a quien sorprende la guerra exportando fuertemente azafrán y por tanto, con importantes cantidades de dinero por cobrar en Francia, no hubiera hecho todo el bien que pudo con los escapados de la zona roja, con lo puesto, que se reunian en Marsella en una llamada Oficina de Franco, nosotros lo habríamos perdido en la cruel postguerra postvictoriosa. Una noche, en nuestra casa de Lope de Rueda 30, fue detenido por la Social, un par de tíos con abrigos hasta el suelo y sombrero de fieltro. Gracias a Dios, una de aquellas personas favorecidas por él en Marsella, era familia de Esteban Bilbao, presidente de las Cortes de Franco. Acudimos enseguida mi madre y yo a sus oficinas y lo pusieron de inmediato en libertad sin volver a molestarlo jamás. Sin esa circunstancia, mi madre y yo con mis hermanos, nos habríamos quedado sin su protección y su vida. Que me vengan ahora catalogando como un facha irrecuperable tienemuytristegracia.
Mis ideas son las de un hombre cuyos hijos, los míos, no han podido conocer a su bisabuelo materno, muerto a manos del socialismo noveldense el 12 de Septiembre de 1936. ¡¡¡Es la primera vez que lo cito en mi vida!!! Porque a los bisabuelos se les puede conocer. Y es hermosísimo poder hacerlo. Es cuestión de casarse pronto y cuidarse… Mi padre conoció a los hijos de mis hijos. Nada menos que a diez…Y yo ya tengo una biznieta y espero dos nuevos Beresaluzes de cuarta generación propia, actualmente en gestación.
No tengo ideas políticas, amigos pretendidos novelderos. Ni quiero tenerlas. Y es injustísimo y absurdo que me malquerais por ello. Soy un hombre libre y valiente. Lucho contra los poderes fácticos con auténtico placer. Sean políticos, financieros, o de cualquier otro orden social. Me he especializado en criticar a la última CAM, en la que quiero defender lo que en ella quede, siquiera sea simbólicamente, de la Caja de Ahorros de Novelda de mi infancia y juventud ilusionadas. Y lo hago en carta directa al director general, en la última de mis entregas. Y disentí de mi amigo que lo era y sigue siendo, Jesús Navarro Alberola, por un enfoque de nuestra magnifica Betania 2006 que no compartía. En carta abierta a su nombre y con mis apellidos detrás del mío en la firma. Lo que no hizo una pandilla de malas personas que me quiso destruir social y cívicamente, desde una llamada Torre Triangular, en las más feroz y criminal de las campañas, desde el anonimato más cobarde, si no, vendido además. Y todo, parece, porque había, según ellos, atacado a Jesús Navarro, a quien admiro y respeto. Como él a mi.
No tengo ideas políticas. Tengo mis ideas como persona. Y son y serán siempre expuestas, cuando venga a cuento, con honradez, verdad, coraje, orgullo intelectual y amor al prójimo. Ya era hora de desmontar este malentendido local. Si era por eso que no me aceptabais, podeis hacerlo tranquilamente. La política, como vosotros decís tan gráficamente, “me la bufa”. Y si os gano como amigos, habré alcanzado algo por lo que lucho denodadamente. Novelda me importa mucho. Es una de mis fijaciones espirituales más profundamente sentidas.
