Opinión de Vicente Díez

El Tour de Francia y su evolución histórica

Tras haber relatado las historias tanto de la Vuelta Ciclista a España como del Giro d´Italia, hoy lo hago sobre la más prestigiosa de las Tres Grandes. La "Grand Boucle" gala destaca sobre el resto de carreras por etapas por derecho propio; es la primera que se puso en marcha, allá por el año 1903. Asimismo, sus inicios fueron difíciles y la han imitado diversas pruebas posteriores, como el Giro italiano (1909) o la Volta a Catalunya (1911), por ejemplo.

Ya había otras carreras previas de un solo día y algunas de estas Clásicas siguen actualmente, como la París-Roubaix (1896) denominada "el Infierno del Norte" por sus adoquines y también se celebra "la Doyenne" (la decana) Lieja-Bastoña-Lieja desde 1892. Asimismo surgieron más Clásicas posteriores, como la Milán-San Remo (1907) y otras. Pero en el Tour se buscaba algo más y que se pudiese ver por todo el país.

El director del diario L´Auto, Henri Desgrange, ex ciclista pues fue el primer recordman de la Hora en Pista (año 1893), expuso a sus ayudantes de la redacción “el anhelo de demostrar que la inofensiva bicicleta llegaría donde lo hiciese el ruidoso y humeante automóvil". Y la ocasión la dio un accidente mortal acaecido en la prueba automovilística París-Madrid (1900), en la que falleció el fundador de la empresa Renault, "por conducir a la loca velocidad de 50 kms/h". Desgrange les reunió para pedirles sugerencias sobre cómo hacer una gran promoción del deporte del pedal y uno de ellos propuso “dar la vuelta en pocos días” al hexágono francés. Casi todos los presentes concluyeron que era una utopía, pues no habría quien pudiese soportar el esfuerzo físico; no obstante, al director le quedó flotando en la mente la remota posibilidad de llevarla a la práctica y poco a poco, ambos fueron imaginando y gestionando los preparativos. Se dio publicidad y carteles del proyecto por todo el país, con la advertencia de que "el ciclista sale solo y a la aventura".

Se aportó un automóvil para el arbitraje y orden de llegadas. A veces, el árbitro se desplazaba en tren, pues se disputaba en días alternos para dar descanso a los corredores. El inconveniente mayor para los organizadores fue el económico, pues en cada etapa había premios, dietas, trofeos… aunque no fondas u hostales; esto se lo buscaba el propio ciclista al bajar de la bici y acabar extenuado tras realizar etapas con 15 o más horas de pedaleo y alguna mínima parada. El presupuesto salió por el aumento de los números vendidos de L´Auto.

Llegó por fin el domingo 1 de Julio de 1903; eran las 6 h. de la mañana y el sol comenzaba a aparecer. Previamente se habían inscrito muchos ciclistas, aunque se presentaron 60 temerarios e intrépidos aventureros con sus caballos de hierro. Como se dijo, en cada etapa había premios en metálico para los 20 primeros, así como una dieta de 5 francos para los clasificados desde el 21º hasta el 50º; el resto… "se tenía que buscar la vida" y existen imágenes de ciclistas pidiendo o mendigando "la volonté" en restaurantes, haciendo malabarismo sobre las sillas, mientras otro desheredado del pedal "contaba batallitas y pasaba la gorra" a los espectadores.

El recorrido de la primera edición fue de 2.425 kms, repartidos en 6 etapas con salida inicial en Ville d´Avray, cerca de París y metas parciales en Lyon, Marsella, Toulouse, Burdeos, Nantes y París. La etapa más larga de 471 kms. y la más corta de 268 kms., dan un promedio que rebasa los 404 kms/jornada por  carreteras y caminos de tierra apisonada. Las bicis superaban los 25 kilos y tenían neumáticos similares a los actuales de montaña. Al llegar a París, el vencedor Maurice Garin tardó más de 94 horas y media para completar el recorrido total, logrando un promedio de 25,650 kms/h y finalizaron 21 corredores.

Optimismo para repetir la experiencia y en 1904 se calcaron el mismo recorrido y etapas del año anterior. Se armó el escándalo por partida doble: había coches de caballos en las ciudades y los cuadrúpedos se espantaban al ver pasar a aquellos extraños del pedal con sus maillots chillones; se tiraron tachuelas para que agotasen los neumáticos de repuesto y hubo alguna barricada ante el pelotón. Acabó en una batalla campal a puñetazos entre ciclistas y organizadores por un lado y los carreteros, por el bando opuesto; por su parte, los gendarmes, poniendo orden a porrazo limpio. A esto añadir que Desgrange descalificó a los tres primeros clasificados en París al comprobar que habían hecho parte del recorrido en tren, siendo los hermanos Maurice y Cesar Garin los dos primeros. Se declaró vencedor oficial al cuarto clasificado, H. Cornet, con el record hasta hoy de ser el más joven del palmarés, pues aún no tenía 21 años. Estos sinsabores desanimaron al director, quien escribió en su periódico que aquel segundo Tour sería el último. Llegaron cartas y telegramas para que aquello siguiese vivo y así fue, afortunadamente.

Los años posteriores extendieron la prueba fuera de las fronteras galas y aumentó el listado de inscritos por los foráneos. Los años 1907 y 08 revelaron al primer doble vencedor, Lucien Petit-Breton y el año 1909 venció el primer ciclista extranjero, el luxemburgués François Faber, conocido por “el Gigante de Colombes”. En la edición de 1910 se comenzaron a subir puertos de montaña, como el Ballon d´Alsace y algún otro. Por cierto, había una leyenda nunca demostrada en la que deambulaban osos y lobos por los Pirineos, que podrían atacar a los ciclistas. El corredor debía llevar consigo todo cuanto pudiese necesitar, metido en una mochila sujeta al manillar y ante cualquier avería, debía solventarla él mismo sin que nadie más tocase su montura. Tenía dos opciones: reparaba, observado por un juez-árbitro y se reintegraba a la carrera; u optaba por el abandono. Precisamente se dio un caso en el año 1913 que quedó para la historia del Tour: el francés Eugène Christophe era el líder y rompió la horquilla delantera en la etapa del Tourmalet; no se desanimó y caminó con la bici de la mano hasta el pueblo de Sainte Marie de Campan. Allí, observado por un árbitro y asesorado por el herrero local, calentó la fragua y sobre el yunque, con un martillo solventó el percance; si bien, el tiempo perdido le hizo bajar varios puestos en la clasificación, que logró finalmente el belga Philippe Thys, primer triple vencedor ya que repetiría triunfo en los años 1914 y 20.

Parón impuesto por la I Guerra Mundial de 1915 a 1918. Se reanudó en 1919 y tanto la afición como la prensa pedían al director que distinguiera de alguna manera al líder para identificarle entre el pelotón. Se creó el maillot amarillo, por ser el color de las páginas del diario organizador.

El primer vencedor final de amarillo fue el belga Firmin Lambot, quien repitió triunfo en 1922. Los triunfos belgas se repitieron desde el pionero, Odile Defraye (1912) y son, tras los franceses, los que más figuran en el palmarés hasta otro doble vencedor, Silvere Maes (1936 y 39). En la década de los años 20 sólo un francés acabó vencedor, Henri Pelissier (1923) y se dieron otros dos dobles vencedores extranjeros: el italiano Ottavio Bottecchia (1924 y 25) y el luxemburgués Nicolas Frantz (1927 y 28); el resto de ediciones, para los belgas. De esa época es el primer triunfo de un español en una etapa del Tour; lo consiguió en 1929 el valenciano Salvador Cardona, natural de Alfauir, villa cercana a Gandía.

Llegamos al año 1930 y Desgrange puso en práctica otra novedad; ya no participarían conjuntos comerciales y corredores sin equipo o “isolés”, sino que compitieron por selecciones nacionales, similar al Campeonato Mundial de Ciclismo o a la Olimpiada y el Tour llegó a ser considerado el no va más del ciclismo. Le resultó positiva la novedad a Francia, pues lograron 5 ediciones consecutivas, desde la de 1930 a la de 1934.

El GP de la Montaña comenzó en 1933, con un cántabro en lo más alto, Vicente Trueba “la Pulga de Torrelavega”. Poco después, en 1936 Julián Berrendero “el Moreno” fue Rey de la Montaña; era natural de San Agustín de Guadalix (Madrid) y logró vencer en una etapa en la edición de 1937 y dos Vueltas a España en los años 40. La nota triste la sufrimos con la muerte del bilbaíno Fco. Cepeda (1935), bajando un puerto de montaña en aquel Tour.

Hacia 1937 se permitió incorporar el cambio de piñón; hasta entonces, el corredor se apeaba y a mano ponía la cadena en la corona elegida. Y sobre el cierre del eje o tanqueta actual de las ruedas, tengo una foto del vencedor del Tour de 1947, Jean Robic, alias “Cabeza de Cuero”, que aún llevaba palomillas. El cambio de plato con palanca debutó hacia 1950. Y hasta finales de la década de los 70 no se repartía líquido desde los coches o motos y los gregarios desmontaban y tomaban al asalto cualquier fuente, abrevadero o incluso un bar, de donde salían corriendo con los botellines entre manos y diciéndole al dueño: “Paga Levitan”, el director del Tour.  

Nuevo alto por la II Guerra Mundial; no hubo Tour desde 1940 hasta 1946, reanudándose en 1947, incorporando al pelotón los equipos regionales franceses, similares a la Segunda División en el fútbol.

Por citar algunos de estos nuevos vencedores, el italiano Gino Bartali “el Monje Volador” repitió triunfo en 1948, tras el que logró en 1938. A continuación debutó un histórico y galáctico, Fausto Coppi “il Campionissimo”, el primero en lograr Giro y Tour en un mismo año, lo que hizo en 1949 y 52. Suiza también consiguió dos triunfos consecutivos: Ferdinand Kubler “el Hombre Caballo” (1950) y Hugo Koblet “el bello Hugo” (1951). Otro triple vencedor fue el francés Louison Bobet tres años consecutivos (1953 al 55). En cuanto al tubular a la espalda, hay fotos de ello hasta 1955.

El primer español en subir al podio fue el oriolano Bernardo Ruiz “el Pipa” en 1952, tras Coppi y Ockers. Nuestro paisano logró dos etapas en 1951 y una en 1952, así como una Vuelta a España y actualmente, a sus 93 años aún sube al estrado para entregar trofeos en su Orihuela natal. En 1953 tenemos nuevo Rey de la Montaña con el vizcaíno Jesús Loroño “el León de Larrabezúa” y en 1954 debuta Federico M. Bahamontes “el Águila de Toledo”, quien consiguió 6 reinados de las cumbres y un triunfo final (1959), además de otros dos podios y varias etapas en sus diversas participaciones. Recientemente, le han instalado una estatua en la Ciudad Imperial; merecido homenaje en vida a “Fede”, a punto de cumplir los 90 años. De inmediato, le sucedió en las cuestas Julio Jiménez “el relojero de Ávila”, con tres premios consecutivos (1965 al 67), además de un segundo puesto en el podio 1967 y hubo más españoles que vencieron en la Montaña, como Aurelio González (1968); Pedro Torres (1973); Domingo Perurena (1974); Mariano Martínez (1978) y Samuel Sánchez, “Samu” (2011).

Y el primer español en vestirse de amarillo fue el catalán Miguel Poblet “el bebé de Montcada”, pues en 1955 logró vencer en la primera etapa; “Iba comiéndome el manillar”, contó a la prensa. También venció en la última jornada y es que Miquelet fue de los más destacados sprinters del mundo en su época; también logró otra etapa en 1956. Lo de vestirse de amarillo tras la primera jornada lo consiguieron igualmente el guipuzcoano José Mª Errandonea en 1967, al llevarse el prólogo inicial contra reloj y Alejandro Valverde consiguió vencer en la etapa inicial (2008), siendo líder las dos primeras jornadas.

Retomando datos de vencedores finales, en 1957 debutó y venció otro ciclista de leyenda, el normando Jacques Anquetil, “monsieur Chrono”, quizá el mejor contrarrelojista de la historia. Consiguió vencer otras cuatro veces consecutivas en el Tour, desde 1961 al 64; asimismo, consiguió dos Giros y una Vuelta, siendo el primero en figurar en el palmarés de las Tres Grandes.

El Tour disputado por selecciones nacionales y regionales duró hasta 1961, pues la presión de las firmas comerciales que invertían dinero en patrocinar equipos por su publicidad en directo, hizo modificar el sistema al nuevo director, Jacques Goddet; no obstante, se volvió a las selecciones en los años 1967 y 68. Desde 1969 se cambió a los equipos comerciales y así sigue hoy. Se vio el debut triunfal del belga Eddy Merckx “el Caníbal”, el ciclista con mayor palmarés. A sus cinco Tours sumó otros tantos Giros y una Vuelta, además de 25 Clásicas, el Record de la Hora y otras prestigiosas pruebas. En el capítulo de Mundiales en Ruta con el maillot Arco Iris, consiguió uno como amateur y tres como profesional y dejó un recuerdo imborrable. Otro belga vencedor fue Lucien Van Impe (1976), quien igualó a Bahamontes con 6 GP de la Montaña.

Y por su parte, en la clasificación por equipos del Tour destaca el inolvidable equipo Kas con 4 primeros puestos, dirigido por Dalmacio Langarica. La selección española lo logró en 1968 y dos ediciones cada uno de estos conjuntos: ONCE, Banesto, Kelme y Movistar. Asimismo, han dejado constancia de su buen hacer a lo largo de las años, estos conjuntos nacionales: el Faema hispanobelga, Ferrys, Fagor, Bic, Clas-Cajastur, Reynolds, Caisse d´Epargne, Euskaltel, Caja Rural y algún otro. Gratos recuerdos dejan.

De aquella época, años 70, fue otro español vencedor, Luis Ocaña “el francés de Priego” (1973). Un debutante con triunfo (1978) fue el francés Bernard Hinault “el Tejón”, quien amasó cinco Tours, tres Giros y dos Vueltas, además de un Arco Iris entre lo más selecto de su vitrina de trofeos. Tras retirarse Hinault, poco después consiguió vencer el segoviano Pedro Delgado “Perico” (1988) y en dos Vueltas. A su lado fue aprendiendo el oficio Miguel Indurain “el Extraterrestre”, de los pocos que consiguieron 5 Tours, además de dos Giros, el Record de la Hora en Pista y el Mundial de Contra reloj; casi nada este navarrico. De esa época fue el americano Greg Lemond, triple vencedor del Tour (1986, 89 y 90).

Retirado Miguelón, se dudaba que volviese algún español a vestirse de amarillo en París y hubo que esperar hasta el año 2006 en que se admitió como vencedor oficial al gallego Oscar Pereiro, por descalificación de Floyd Landis, aunque 15 meses después de acabar aquel Tour. El reconocimiento definitivo se lo dieron en el Consejo Superior de Deportes, al que acudieron entre otros, el nuevo director del Tour, Jean M. Leblanc y diversas personalidades del deporte y la política hispana. Siguió la racha de triunfos pues al año siguiente (2007), debutaba y triunfaba Alberto Contador quien repitió en 2009. En 2008 lo logró el abulense Carlos Sastre.

Algo no conseguido por un español fue el maillot verde de la Regularidad, iniciado en 1953 y reservado para sprinters que aguanten el tipo durante toda la prueba. Tuvimos algún que otro buen llegador en el pasado, pero el único que llegó vestido de verde a París fue el cántabro Oscar Freire (2008), tras haber logrado 3 Arco Iris en Mundiales de Ruta.      

El único que tiene 4 Tours en su palmarés por ahora, pues no ha acabado su carrera deportiva, es el británico Christopher Froome (2013, 15, 16 y 17). Hay una clasificación para los jóvenes, con un máximo de dos participaciones hasta los 25 años de edad; consta de un maillot blanco y se creó en 1975. Hubieron 5 españoles que lo consiguieron, demostrando posteriormente ser buenos profesionales y fueron: Enrique M. Heredia (1976); Antº Martín (1993); Fco. Mancebo (2000); Oscar Sevilla “el Niño” (2001) y Alberto Contador  (2007, y maillot amarillo).

 Y… por fin, llegamos a la actualidad. Acaban de dejarlo dos de los Tres Mosqueteros del pelotón español: Joaquim “Purito” Rodríguez y A. Contador. Sigue en la brecha el murciano Alejandro Valverde, natural de Los Lumbreras y con 38 años, “el Bala” aún es capaz de aumentar su palmarés, del que destaca la Vuelta a España 2009 y varias Clásicas, junto a otras pruebas diversas tanto de un día como por etapas. Ha hecho podio en las Tres Grandes, así como 6 veces en el Mundial de Ruta; le falta conseguir el maillot Arco Iris para rematar la faena y el trazado de este año en Innsbruck le va a sus características; ojalá lo consiga, pues sería el remate perfecto y soñado.

¿Y qué hay de la nueva ola de ciclistas españoles? Pues… apunta alto el vasco Mikel Landa, así como el catalán Marc Soler o el balear Enric Mas. Pronto sabremos si son flor de un día, o se consagran haciéndose un hueco en la élite. ¿Cuándo volverá un español a conseguir vencer en el Tour? Bueno, habría que consultar a la bola de cristal para vaticinarlo. Esto no es como el fútbol, en que casi todos los aficionados que conozco son forofos del Real Madrid o del FC Barcelona; se apuntan a caballo ganador y salen con el 45% de posibilidades de vencer en la Liga española, pues ambos clubes suman el 90% del palmarés en los últimos 50 años. El ciclismo, como todo deporte de carrera, tiene una clasificación individual y si tu favorito flaquea, no es fácil reponerlo por otro, como en el fútbol, baloncesto o balonmano.

Detallo lo que tardaron otros países europeos en volver a conseguir un Tour: el país organizador, Francia y con mayor número de triunfos, hace ya 32 años que lo logró por última vez Hinault (1985). Bélgica, segunda en el palmarés, tuvo una primera sequía de 30 años desde Maes (1939) a Merckx (1969) y tras su último vencedor, Van Impe (1976) han pasado otros 41 años sin lograrlo. España es la tercera, con un total de 12 triunfos y los años de espera han estado más repartidos desde el primero, Bahamontes (1959) hasta el último por ahora, Contador (2009). Italia, la cuarta nación, con 10 triunfos, hubo de aguardar 33 años desde Gimondi (1965) a Pantani (1998). Luxemburgo, con cinco triunfos, sufrió un doble stop: 30 años entre Frantz (1928) y Gaul (1958), más otros 52 años desde el anterior hasta Schleck (2010). Los EEUU, desde su triple y único vencedor legal, Lemond (1990) han visto transcurrir 27 ediciones sin lograrlo y borro a los dos tramposos: Armstrong y Floyd, pues no merecen que se les incluya. Ya se comentó que Suiza logró dos ediciones en la década de los años 50 y ningún helvético ha vuelto a lograrlo, tras 66 años transcurridos. Holanda consiguió dos vencedores: Jansens (1968) y Zoetemelk (1980) y ya han pasado 37 Tours sin “mojar”, aunque suena actualmente Tom Dumoulin entre los candidatos.

Otros países con menos tradición sólo tienen un Tour entre sus ciclistas y por tanto, no se les debe aplicar lo de los años en blanco; vencieron una vez y se les acabó el sueño. Y así tenemos al irlandés Stephen Roche (1987), al danés Bjarne Riis (1996), al alemán Jan Ullrich (1997) y al australiano Cadel Evans (2011).          

Ahora voy a hacer de futurólogo, con riesgo de equivocarme. Hay dos países, Colombia y el Reino Unido, a los que vaticino entre los próximos vencedores. La Gran Bretaña, que en la década de los años 60 se leía que apenas aportaba algún profesional, evoluciona de forma aplastante y ha conseguido 5 de los 6 últimos Tours disputados, desde Wiggins (2012) hasta Froome (2017); el único no inglés fue el italiano Vincenzo Nibali (2014). Y en cuanto a Colombia, su evolución parece calcada a la nuestra, pues el país cafetero destacó siempre por sus escaladores, como Lucho Herrera, Fabio Parra, Santi Botero o Mauricio Soler, quienes se esforzaban en conseguir la clasificación de los puntos rojos. Actualmente cuentan con un “grimpeur” fuera de serie, Nairo Quintana, quien fue Rey de la Montaña en 2013 pero no suele gastar sus fuerzas en puntuar en las cimas, sino que va a por lo mejor, la clasificación general y ya tiene en su vitrina dos de las Tres Grandes; le falta el Tour. Es posible que, como les acaeció a Bahamontes y a Van Impe, trepadores natos, una de estas próximas ediciones del Tour tenga más montaña y menos contra reloj; quizá veríamos a un nuevo ciclista con las Tres Grandes.

Para agilizar esta espera, tanto Alberto Contador como Alejandro Valverde han puesto en marcha sus propias Fundaciones para ayudar a jóvenes ciclistas con futuro. Les amparan buscando equipos para ellos y asesoran técnicamente. Ojalá lo consigan; es una encomiable labor.     

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13 COMENTARIOS

  1. Me voy bien enterado de esta historia, que me encanta. A ver el vencedor de este año

  2. Me gustan las historias de ciclismo. Tras eliminarnos del Mundial de Futbol hoy, me queda la esperanza de disfrutar en la tele con el Tour. Buen trabajo al escritor

  3. Ahora conozco algo más sobre el ciclismo en Francia. Este artículo es muy bueno y documentado

  4. Bonito y detallado este historial. Falta poco para ver de nuevo el Tour.

  5. Otra ¡¡ OTRA OBRA MAESTRA¡¡ del señor Diez. Gran relato sobre la carrera francesa. Un saludo Sr Vicente

  6. Mejor detallado que en la prensa deportiva. Me encantan tus escritos. Sigue y da tu opinió0n sobre si Froome es o no merecedor de asistir al Tour.

  7. Me avisaste que nos dejarías este tema y te lo agradezco, Vicente. Está muy bien lo que leo y me ha gustado, aunque ya conocía parte de la historia del Tour.

  8. Me ha encantado leer esta historia que conocía, pero que tiene datos nuevos para mí. Me ha gustado mucho. A ver si sacan un artículo en caso que Valverde sea Arco Iris este año

  9. Gracias Vicente por compartir tus extraordinarios conocimientos sobre la historia del ciclismo

  10. Vicente, me avisaste que saldría este escrito y confiaba antes en que algo harías. Fenomenal. No sé dónde almacenas en tu memoria tantos datos del ciclismo, pero me encanta leerlos. Ahora, a verlo por la tele

  11. Como siempre, agradezco sus aportaciones a los que dejáis vuestras opiniones.
    En cuanto al sobreseimiento de Froome, creo que la UCI no ha medido con el mismo rasero al inglés como lo hizo con Contador. Y añado que quizá lo hayan decidido así por no ampliar los escándalos que perjudican al ciclismo. Tierra al asunto y punto.
    Pero no me creo que Froome sea asmático desde la infancia, como ha dicho. Yo he corrido en carreras y afirmo que un asmático no podría seguir a los demás ni siquiera en una etapa llana, en la que se vuela. De hecho, en la Federación nos hacían un reconocimiento previo cada año al solicitar la licencia federativa.
    Una persona que verdaderamente padezca asma, opino que podría dar largos paseos, pero no competir en algo que requiera aumento de las pulsaciones.
    Pero a lo que han dictado… tenemos un nuevo ciclistas entre los vencedores de las Tres Grandes. Quizás este año aumente el listado con Nairo Quintana, si vence en el Tour

  12. Excelente artículo. Sobre todo las anécdotas de la primera parte. Me ha encantado

  13. Buen reportaje. Me entero de la historia de esta carrera. Pero no deberían dejar salir al inglés

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