Deportistas noveldenses, por Vicente Díez

86) ANTONIO JOSÉ VICO BELTRÁ (buceador)

Ya hace varios meses que no escribo una biografía acerca de alguien relacionado con el mar y hoy aparece la de un joven noveldense, que al llevar a la práctica al máximo su pasión por el medio acuático, se trasladó a vivir en la playa de San Juan y acudí para entrevistarle junto a la costa de El Campello. Sus datos comencé a recopilarlos por medio de Vicent Pina “el Capi”, del que ya se publicó en su día (biografía nº 17, en Febrero/2012), quien a su vez me dio los de otro buceador local, Antonio Pastor (biografía nº 59, en Abril/2013). Asimismo,  necesité a Santi Vico, hermano  de nuestro deportista de hoy, para localizarle por fin en aquella bonita ciudad marinera.

Y es que El Campello dispone de puerto, yates, veleros, playa y clubes: náutico, de buceo, de pesca, así como de deportes relacionados con el mar: piragüismo, vela, remo… Es obvio que alguien como nuestro “delfín” se quedase en una ciudad así, tranquila y sin aglomeraciones, excepto en verano.

 Antonio José relata que nació como todos los de su época, en Alicante en el año 1974,  donde solía dejar la cigüeña su carga en aquel hospital. Sus padres, Antonio (más conocido por su segundo nombre, Emiliano) y Magdalena debutaron como progenitores con él y posteriormente, le trajeron dos hermanos. El primer domicilio estuvo junto a la tienda de Muebles Mira, cerca de la avenida de la Constitución y su colegio de la infancia fue el Jorge Juan, donde en el recreo jugaban al baloncesto y recuerda entre sus compañeros de entonces a algunos que, años después, se integraron en el equipo local del basket.

Si bien, él era un niño inconformista y algo le decía en su interior que el baloncesto no le terminaba de llamar; eso de jugar entre cuatro paredes o en otras canchas similares, como que no le apasionaba. Cada vez que le llevaron a la playa en Alicante, había que hacer un esfuerzo por parte de sus padres para regresar a casa, pues quería quedarse allí. Ver la orilla del mar; las velas de los balandros en pequeñas regatas; la silueta de un navío que se escondía por el horizonte; el color del mar y sus olas… eso era lo suyo y no la canasta.

Jugaba en un solar cercano al domicilio y a veces, volvía a casa con alguna herida o arañazo; de hecho, aún conserva alguna pequeña cicatriz. Su madre, comprensiva, le atendía y aconsejaba que tuviese cuidado. Él buscaba algo de más aventura y espacios libres, por lo que comenzó en Novelda a usar la bici de montaña con el clásico grupo de amigos de la infancia. También practicó el senderismo siendo casi un adolescente, junto a hombres ya curtidos en lo de caminar por senderos pedregosos. Completó el Bachiller en el Instituto de Novelda; pasó al COU y empezó a trabajar en la empresa de Repuestos Vicsan.

Ya sabía desde tiempo atrás de Vicent Pina “el Capi”, profesor en el Oratorio Festivo y la persona más indicada para iniciarle en temas náuticos de cualquier faceta. Fue su primer profesor de natación, digamos técnica; pues nadar lo que se dice nadar manteniéndose a flote y avanzar, lo hacía por sí solo. Pina le propuso pasar al buceo, lo que casi hubo de mantener en secreto hacia sus padres, no muy partidarios de esta nueva actividad náutica. Ya en el año 1996 hizo un curso en Aquaventura en Alicante, con los que Vicent colaboraba. Continuaron ambos con las clases teóricas; uno como profesor y otro como alumno y aquello sí le “enganchó”, pues los temas se basaban en la presentación del material a usar en el buceo; así como la fisiología del ser humano y cómo afecta al organismo. También aprendió acerca de  las precauciones a tomar tanto al sumergirse como al emerger del agua. En aquel curso coincidió con otro noveldense, Juan Ramón, de la tienda/taller de bicicletas Ciclomanía.

Las prácticas se denominaban aguas confinadas; se desarrollaban en una piscina de Alicante y las primeras clases en mar abierto las recibió en la Cala del Racó, junto al Peñón de Ifach, en Calpe. Salió del agua maravillado al haber visto en persona el fondo marino y notar la flotabilidad, la ingravidez y algún pez de tamaño mayor que los que veía en la sartén de casa. Quedó impregnado del buceo “per aeternum” y ha visto posteriormente infinidad de objetos hundidos de todos los tamaños y procedencias, que le llamaron la atención; por ejemplo: barcos de pesca o algún yate menor; incluso cargueros y barcos de guerra, así como un submarino alemán, cerca del Peñón de Ifach, a 95 m. de profundidad; la versión es que buscó refugio aquí durante la II G.M. al estar seriamente averiado y una marejada lo acabó hundiendo. También afirma haber visto la cola de un avión militar extranjero, en el fondo. Y cerca de la costa, frente a la ciudad de Málaga tuvo la oportunidad de bucear a unos 65 m. y encontrarse con el submarino C3 del bando republicano de la Guerra Civil española, considerado una tumba de guerra y del que existen videos para corroborarlo.  

A cierta distancia, mar adentro de la costa murciana en Cabo de Palos, hay varios barcos de guerra de ambas contiendas mundiales,hundidos a partir de 60 m. de profundidad y estas zonas son en las que más abundan los pecios. Los navíos de carga es evidente que fueron por conflictos armados cerca de nuestras costas a lo largo de la historia, pues en alta mar y a no menos de 100 metros de profundidad, hay barcos de guerra incluso de madera, lo que conlleva que se conviertan en pecios o lugares semi cubiertos por el musgo, la arena y las algas y que al agujerearse lentamente, se convierten en refugio de peces y en el lugar al que otros habitantes de las profundidades acuden en busca de alimento. Igualmente, nuestro protagonista Antonio J. Vico alega haber visto restos de zapatos, correas y otros efectos personales; incluso sogas, entre los pecios. Pero la costumbre es que todo eso está ahí como algo que se ha de conservar sin tocarlo, para disfrute visual de otros buceadores. De hecho, la ley prohíbe sacar o expoliar estos pecios. A veces, incluso los cargueros en épocas de guerras recientes, llevaban en proa y popa para su defensa, proyectiles similares a torpedos que se hundieron con el barco mercante. Todos estos barcos mercantes, en general, fueron atacados por submarinos en aguas profundas, para que el sumergible pudiese escapar fácilmente.

Y en cuanto a los requisitos actuales para practicar el buceo, relata que se ha de disponer de un equipo técnico de mezcla de gases, específicamente para bajar con seguridad a más de 40 m. En el año 2004 comenzó con el buceo técnico y una especialidad de éste es la del buceo profundo, entre 60 a 80 m. y se hacen inmersiones puntuales entre 100 a 110 m.

También realiza buceo en cuevas, a las que llega poca gente, aunque todos las hemos podido admirar en la televisión y el cine. Son sitios vírgenes y muy pocos han podido experimentar esta situación o actividad, denominada espeleología submarina. Allí la obscuridad es total, siendo necesario disponer de un reflector adecuado. Incluso en mar abierto, a 70 u 80 m., me comenta que se nota la disminución de la luminosidad. Más abajo de los 80 a 85 m., se denomina zona de penumbra y por tanto, de poca visibilidad. 

El buceo técnico es exploración pura y dura y sobre todo, no es una actividad competitiva y no existen por lo tanto, campeonatos ni records que superar. Es una actividad difícil de detallar para quien no la admire, aunque él afirma sentirse “en la gloria” vestido con las gafas, las aletas, la cámara fotográfica o de video y demás componentes del equipo. Por ello, los que se inician en la práctica del buceo lo hacen por diversión y suelen desarrollar otra motivación, cual es la fotografía y/o la exploración. Por otra parte, al buceo en lagos de montaña se le llama buceo de altura.

A pesar de recalcar que el buceo no es deporte competitivo, una de sus ramas, la apnea sí lo es. Se trata de bajar a pulmón; lo que cada cual aguante sin respirar. Previamente, he averiguado que la palabra apnea proviene del griego apnoia, sin respiración. La apnea se realizó a lo largo de la historia para conseguir alimentos o riquezas, como perlas o corales y también, con fines militares. Por su parte, otra rama del buceo que sí tiene competiciones es la pesca submarina.

Como buceador de apoyo en profundidad, ha colaborado con “Pipín” Ferreras, todo un referente mundial del buceo. La esposa de Ferreras, Audrie, también buceadora, falleció en una inmersión, debido a un fallo técnico. Bien, pues esta actividad de apoyo consiste en permanecer a una profundidad intermedia con la del apneista, por si éste lo necesitase.

En su infatigable actividad en torno al mundo submarino, dirige en Alicante la delegación española de una organización mundial (IANTD, International Association of Nitrox and Technical Divers), fundada en el año 1982 y fue la primera organización en implantar cursos con nitrox, mezcla de oxígeno y nitrógeno, rica en oxígeno. En España hay 26 monitores y han pasado por sus clases, de las que es ahora director, innumerables alumnos/as. Trabajan con Centros de buceo asociados a esta Organización. En el caso de Cabo de Palos hay dos clubes: Islas Hormigas y Mangamar. En Valencia reside el Club Inmersión Valencia y en Calpe, se denomina Les Bassetes; así como otros muchos clubes. Su cometido es formar a los instructores en esta materia.   

Añadiendo datos sobre la técnica del buceo, leo en Internet que se suele recurrir en casi todas las modalidades a aparatos de respiración, como la escafandra autónoma, que dispone de un regulador alimentado por una o más botellas de aire comprimido. Esta clase de buceo es conocida como buceo autónomo y para la seguridad, actualmente se requieren unos instrumentos que permiten saber la profundidad a la que te encuentras (profundímetro) y la presión del aire que queda (manómetro).

El buceo recreativo, libre o autónomo, es una actividad segura, si bien  presenta riesgos específicos que requieren conocimiento y responsabilidad por parte del practicante. A toda esta técnica le dio un gran impulso el desaparecido comandante Jacques Cousteau, quien nos hizo llegar unas vistas inimaginables para la mayoría de espectadores, en sus inmersiones y pruebas así como en las imágenes y reportajes que todos pudimos disfrutar observándolas en la pequeña pantalla. 

También me dice que viene a veces por Novelda para visitar a sus familiares y se considera un privilegiado o afortunado por haber conseguido vivir profesionalmente de su pasión, lo cual conlleva una formación continua, para asistir como ponente a conferencias y a viajar sin fin. Lo que más le ha aportado es aprender viajando y observando las costumbres y culturas de otras personas e incluso, razas. Se ha sumergido e impartido cursos por “los siete mares” como serían las islas Maldivas en el Océano Índico; o en la República Dominicana así como en las cuevas y zenotes de la península del Yucatán (México), ubicados ambos en el mar Caribe; también en las islas Galápagos o en el mar de Cortés, lateral de la Baja California del Océano Pacífico; incluso en la península del Sinaí, Oriente Medio. Igualmente en la zona del Tiburón Blanco de Sudáfrica… y tantos otros recónditos lugares, que si los detallásemos todos, este reportaje se asemejará a una clase de Geografía.

Por último, es de admirar a este joven que logra vivir económicamente, inmerso en su paraíso personal y al que deseamos largos años como maestro, para enseñar a los futuros buceadores. 

P.D.- La próxima semana aparecerá Antonio Navarro Soriano (futbolista). Si sabes la biografía de algún/a deportista; incluso de persona fallecida o de un club local, actual o desaparecido, telefonéame al 633 252 500 (Vicente). Gracias.

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