“El mundo funerario en la Novelda medieval” cuenta los orígenes islámicos del municipio

La doctora en Historia, Carolina Doménech Belda, ha impartido una conferencia basada en los estudios de las necrópolis que, a partir de los vestigios hallados en algunas de las calles, ha permitido investigar y conocer más información de los orígenes islámicos de la Novelda medieval

Más de 70 noveldenses han acudido a la Casa-Museo Modernista a la ponencia «El mundo funerario en la Novelda medieval», de la arquéologa Carolina Doménech, para conocer los orígenes de Novelda que se sitúan en los siglos X-XII y sus habitantes. A partir del descubrimiento de las tumbas, “la arqueología de la muerte”, como se denomina a los estudios de las necrópolis, puede ofrecer información del modo en cómo se organiban los cementererios, el ajuar o el número de individuos por sepultura, tales hallazgos aportan información de la edad, el sexo, los hijos –en el caso de las mujeres-, los restos de los propios alimentos (cereales e hidratos de carbono ayudan a conocer las deficiencias en la alimentación, los tipos de cultivo, el paisaje o el acceso a los alimentos), las malformaciones congénitas o adquiridas a lo largo de la vida que, en el caso de Novelda, se tiene constancia a partir de las deficiencias en las piernas de que “se pasaban mucho tiempo en cuclillas por el escaso mobiliario y por el tipo de tareas que realizaban, costumbre de la cultura islámica medieval”, ha comentado Carolina Doménech.

En esa línea, el ritual funerario que imperaba en el medievo del municipio noveldense es el propio del Islam, hallazgo que se desprende de la posición de costado en que se encuentran los cuerpos, siempre ladeados hacia la derecha, mirando a la Meca. El cuerpo, antes de llevarlo a la tumba, según ha aludido Doménech en su ponencia, “era lavado con agua perfumada (almizcle o alcanfor) y era trasladado al cementerio sin velatorio, ya que no existe en el mundo islámico, debe llegar cuanto antes al paraíso”. En el interior de la tumba se depositaba un pergamino escrito con azafrán, “se trata de una oración ‘sólo hay un Dios’, que es la primera y la última palabra que se pronuncia en la fe islámica”, ha afirmado la arqueóloga. Así, la tumba se cierra sin tierra, se queda hueca a la espera de que tan pronto como se vaya la corte funeraria, van a aparecer dos ángeles de la muerte que le van a preguntar al muerto sobre sus creencias y éste se tiene que incorporar y si su respuesta es acertada, se lo llevan al paraíso.

Por otra parte, “el primer hallazgo del mundo funerario que es también el más antiguo, fue casual”, ha contado Carolina Doménech, ya que “se encontró debido a una fuga de agua. El carbono 14 nos ha permitido datarlo entre los siglos XII-XIV, en la época califal, ladeado hacia la Meca, se trataba de un tipo joven de unos 25 años”.

El último momento del período islámico es el almohade (antes de la conquista cristiana), y la existencia de un alfar, un horno para la fabricación de cerámica en la calle Tradición, “nos indica que estamos fuera de la ciudad porque los árabes realizaban las actividades molestas que entrañan ruidos o humos, lo hacían alejadas del centro de la ciudad”, ha declarado Doménech.

A la conferencia ha acudido el líder del PP, Rafael Sáez; con el concejal de Obras Públicas, Oriental Juan; el concejal de Bienestar Social, Alonso Carrasco y el noveno de la actual lista del PP, Valentín Martínez. La presidenta del Casino, Atala Crspo, tampoco se ha perdido el coloquio, que ha sido organizado y presentado por la directora de la CAM en zona, Covadonga Belló.

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