Deportistas veteranos noveldenses, por Vicente Díez

57) ANTONIO GARCIA AZORIN (colombicultor)

Hoy les traigo otra nueva actividad en el deporte local, la colombicultura. Y para ello, nadie mejor que nuestro entrevistado, alguien destacado a nivel internacional, como comprobarán. ¿O quizá el protagonismo haya que adjudicarlo al ave que realmente hace el esfuerzo físico y consigue el posible trofeo? ¿Es el ave, o el amo, quien lo merece? Veamos.

Antonio me cuenta que nació en esta ciudad durante la Guerra Civil (1937), en la calle Valencia, muy cerca de su actual domicilio, la Glorieta. Sus padres, Antonio y Luisa, trajeron cuatro hijos al mundo, del que nuestro comunicante fue el benjamín de la familia. Recuerda que en su niñez había una plaza de toros no redonda, sino rectangular y a la que se entraba por la paralela calle Santa Inés, pero que no la vio funcionar como tal. Allí dentro y en La Glorieta, jugaba a las canicas con sus amigos de la infancia; entre ellos, Joaquín Palomares. Con el paso de las décadas, ambos fueron presidentes del Novelda CF y relata que Joaquín era un experto en ganar al resto de chavales con las canicas, pero Antonio fue el único que en alguna ocasión, le venció. De entonces, conservan mutua y eterna amistad.

Recorrió diversos colegios; en primer lugar, relata que sus hermanas mayores le llevaban de la mano, con ellas, a la escuela “de pago”, que regentaba doña Elena, en los pisos del edificio en que precisamente, ahora resido yo. Mi esposa, Mª Carmen Forniés, a veces me ha detallado que aquella profesora, junto a su hermana y otra “maestra” joven para la época, impartían clases “sólo para niñas”; pero Antonio, que entonces tendría apenas 3 años, iba con sus hermanas “a estarse quietecito y formalito, observando”. También acudió como párvulo a Las Carmelitas. Después fue a las clases del inolvidable maestro Mandos, en la calle Santa Inés y por fin, a los Padres Reparadores.

Su padre fundó, allá por el año 1933 un porche de especias y posteriormente, se dedicaron sólo al azafrán. Él se incorporó a esta terea y muchos años después, se jubiló; hoy, sus hijos continúan esta actividad, de tercera generación. Prácticamente, se exporta la producción al extranjero; por lo que la marca está redactada en inglés, “The gathering of saffron”; algo así su traducción como “la recogida/recolecta del azafrán”.

Regresando a su infancia, en plena contienda no tenían actividad las iglesias en zona republicana, por lo que le bautizaron con dos años y fue andando a la iglesia, cogido de la mano de los mayores que acudieron al evento bautismal. De chaval, jugó al futbol, como única actividad deportiva al alcance de cualquiera; los partidos eran entre colegios, o los mismos niños de los barrios se citaban para dar patadas y jugar con el balón, sin reglas, árbitros, ni número de participantes. Jugaban, bien en el patio de los Padres Reparadores, o en el del Oratorio Festivo, o en cualquier solar o bancal disponible, que ocupaban sin pedir permiso. Así se llegó al año 1947, en que se inauguró el actual campo de La Magdalena para la actividad del Novelda CF. Años después (hacia 1953), con 15 años, él y Joaquín Palomares propusieron a la directiva que les incluyese como “Novelda Juvenil CF” y de entonces, recuerda con una edad similar a la suya, a Paco Galvañ, al marmolista José Candela, a Rafa Martínez y a Pastor, entre otros y se integró en la directiva como portavoz de los juveniles.

La “mili” la hizo en Rabasa y en Santiago de la Ribera (Murcia), siendo voluntario de Aviación. Allí les comunicaron que podían ir y fue su caso, a Sidi Ifni como base de apoyo, en el conflicto de la época (1957 y 58).

Regresado a la vida civil, se reincorporó a su trabajo en el porche familiar y volvió a la actividad en la directiva del fútbol local. Se ascendió de Regional a 3ª División, pero se planteó la posibilidad de desaparecer el equipo por problemas económicos. Entonces, un buen día se juntaron los cinco únicos que querían mantener aquello como fuese y se fueron repartiendo o autoadjudicándose los puestos a desempeñar en una nueva directiva. El último cargo, el que nadie pidió y le adjudicaron fue el de presidente. Y ahí estuvo tres temporadas; dos en Regional y una en 3ª División, categoría en la que se mantuvieron muchos años. A propósito, aporta una fotografía en blanco y negro del Novelda CF Veteranos, en el campo del Padre Dehón y la composición de estas viejas glorias es: de pie, vemos a José Antº “el Toto”; Miguel Escolano; Antº García el protagonista de hoy; Luis Segura “el Poderoso”; Juanito “el Barrilo”; Luis; Joaquín Escolano; Toni Gran y el portero, Antoñín “el del Cortijo”. Agachados: “Cofia”; Pepe Puerto; Antº Ribelles; Pepe Fayos; uno de Aspe; Carmelo; Plinio; Ernestín y Moncho.

En cuanto a la columbicultura, su verdadera y eterna pasión, me detalla que como antecedente tuvo a su padrino, Luis Ayala, quien le transmitió la pasión por la convivencia y el cuidado de palomas, en sus diversas especies y clases. Su primer palomo se lo regaló Jaime Cantó, abuelo del actual gerente de una Compañía de Seguros, el cual en los años 40 desarrolló mucho esta afición por toda el área del Medio Vinalopó. Se reunían en la Sociedad Colombicultora de Novelda, fundada allá por 1917, en la calle Mayor y rebautizada después como Club Noveldense de Colombicultura desde el año 1975, y del que Antonio es el actual presidente.

Por colombicultor se entiende a quien tiene palomos, los cuida y alimenta, pero no necesariamente los lleva a competir. Por otro lado, está la colombifilia, que trata con palomas mensajeras, o palomas de raza, de las diversas especies que existen en el mundo. Y la competición es la colombicultura deportiva, con palomos de celo.

El proceso vital de un palomo es así, según detalla el protagonista de hoy: tras la puesta, a los 17 días eclosiona y sale del cascarón. Es alimentado por sus padres durante 8 ó 9 días y entonces, se le anilla en una de sus patas. Dicha anilla la proporciona la RFDEC (Real Federación Deportiva Española de Colombicultura). Esta anilla tiene grabados unos datos y sirve como DNI del ave. La llaman “la escritura” y hace las veces de chapa o matrícula para localizar al dueño, quien se acredita como tal mostrando la placa de plástico de la Federación con los mismos datos. Dicha placa es redonda; azul en torneos nacionales y naranja en el autonómico.

Para el entrenamiento del palomo, poco después de cumplir el mes de vida, se le aparta de sus padres, proporcionándole un alimento específico hasta los tres meses, en que se hace patente su sexo, como macho o como hembra. Si fuese hembra, se le recorta la cola, añadiéndole una pluma blanca en el centro con un adhesivo y el color de esta hembra, ha de ser mayoritariamente oscuro. Por su parte, el macho con el celo, ya busca a la hembra y el dueño comienza colocando en la jaula a la pareja. La hembra es más experta para orientarse al regresar a la jaula y con ello, también consigue que el macho acierte en el regreso, al seguirla.
Se va cambiando paulatinamente a la hembra con distintos machos, para que ellos la distingan y sepan regresar a la jaula; al mismo tiempo, cada uno también quiere impedir que otros machos se la lleven para aparearse con ella. En este sentido, son similares a otros animales, pues el macho intenta acaparar en exclusiva a la hembra, compitiendo o incluso luchando contra otros machos. Sucesivamente, todos quieren conquistar a la hembra, aunque sólo uno entre ellos lo conseguirá y si ella se posa sobre un árbol como punto estratégico y ninguno consigue llevársela a su cajón, aquel que más tiempo la acompañe sería el vencedor por puntos, a razón de 2 puntos por minuto de compañía. Este plazo máximo es de dos horas para lograrlo.

Antonio me detalla que no existe una Federación Internacional en esta modalidad deportiva; con tan sólo cinco países se dispondría de este organismo, y España es la cuna de este deporte. Otro país con mucha tradición es Argentina. Por tanto, los Campeonatos de máxima categoría son denominados Internacionales. De éstos, ha vencido en tres, todos ellos en nuestro país: Año 1987, en Librilla (Murcia); año 1991 en Cambrils (Barcelona), conocida en el ambiente como “la ciudad de los palomos” y el año 2000, en La Manga del Mar Menor (Murcia).

En cuanto a su palmarés en Campeonatos de España, consiguió lo más alto del podio en cuatro ocasiones: en el año 1983, en Piles (valencia) y los tres restantes, en los mismos años y localidades de los Internacionales. Y esto se debe a que en los días que se celebran estas competiciones, hay pruebas de carácter nacional, con la disputa de la Copa del Rey, reservada a palomos de amos españoles. Simultáneamente, emprenden también el vuelo los palomos extranjeros, invitados y éstos, junto a los nuestros, están integrados en el torneo internacional.

En cuanto a los palomos que posee, o poseyó en su día, los cataloga como de máxima categoría internacional; de “cinco estrellas”. Especialmente, recuerda a uno de nombre “La Masa”, con el que se llevó su primer Campeonato de España. Los árbitros juzgan el trabajo del palomo hacia la hembra y su regularidad, incluyendo su lucha contra otros machos, a los que picotea y ahuyenta. “La Masa” volvía con facilidad a la hembra, aún estando ésta lejos o en el suelo, donde la localizaba de inmediato, aunque se escondiese en cualquier árbol o arbusto. Otros machos suyos que recuerda con orgullo fueron “Faraón”, “Jacqueline”, “Gusano” y “Pisando fuerte”. Al llegar a su final, la muerte del palomo campeón, Antonio ha tenido la iniciativa, visitada por otros muchos seguidores de este deporte, de erigirles un mausoleo (aporta foto al respecto) en el terreno de su chalet en la huerta, donde están enterrados sus mejores campeones y los de algunos otros propietarios que han querido llevarles a descansar eternamente, entre personas que los admiraron y quisieron, cuidándolos.

El premio a recibir en un Campeonato es una preciosa copa y un recuerdo imborrable y 12.000 € de premio en metálico; si bien, este es el tema menos importante, pues me detalla que el precio de un palomo campeón, actualmente suele rondar ese precio, de 10.000 a 12.000 €. También le da derecho al amo a asistir a la Gala del Deporte, al más alto nivel nacional y allí ha coincidido con los más diversos personajes, e incluso se ha fotografiado con Sus Majestades, los Reyes de España. También tiene en la planta baja de su domicilio, un auténtico y precioso museo de trofeos y fotografías enmarcadas. Se le ve junto a los más variados personajes, pues veo entre ellas, una en la que recibe un trofeo en la Gala del Deporte celebrada en Nules (Castellón), cuando consiguió su inolvidable líder, “La Masa” quedar en tercer puesto y de manos del desaparecido Presidente del Comité Olímpico Español, Su Alteza don Alfonso de Borbón, primo de nuestro monarca (ver foto). En otras instantáneas, le veo acompañado de los más variados personajes de la política, como el expresidente Aznar; o del cine, como Sofía Loren, John Travolta, Arnold Schwarzenegger, Kevin Costner, Claudia Schiffer, etc. Y esto lo consiguió debido a su actividad tanto deportiva como comercial, pues en las Galas del Deporte a nivel internacional, suelen acudir como invitados esta clase de personajes de la cultura o del arte, que poco o nada tienen que ver con la colombicultura. Ha viajado por muchos rincones de nuestro planeta.

Antonio García fue miembro tanto de la Real Federación Española, como de la Regional Valenciana y de la Provincial en Alicante, por tanto, se deduce que conoce todos los entresijos y aspectos en este tema.

Las competiciones comienzan en Diciembre, con las fases comarcales y de ahí, se pasa a las regionales, comunitarias, Campeonatos de España y por último, los Internacionales, con un promedio de 7 pruebas, o días de competición, cada mes, hasta Junio. Los torneos suelen durar de 3 a 4 semanas y se deja un margen de 2 a 3 días entre cada actuación de un palomo determinado, para que descanse y se recupere, mientras otros se van clasificando. La Federación contacta con entrenadores para que aporten las hembras adecuadas y los amos de éstas, cobran por ello.

Tras su jubilación, dispone de mucho más tiempo para la colombicultura que antes, pero me confiesa que a veces tiene la sensación de estar tan inmerso en ello que le falta el tiempo que quisiera disponer. Posee un moderno equipo audiovisual, para visionar las imágenes y entrenamientos de estas competiciones. En cuanto a la forma física del colombicultor, como en toda faceta de la vida, es preferible el vigor y la rapidez de la juventud, para seguir a los palomos por los prados y lugares de vuelo, debido al mucho movimiento que ello supone. Ha de ser el colombicultor un buen caminante; esto es incuestionable.

¿Hasta cuándo seguirá Antonio García con sus palomos, al que catalogaron en una revista especializada como “una enciclopedia viva de la colombicultura”? Hasta que el cuerpo aguante, pues el negocio familiar de exportación del azafrán ya lo delegó en sus hijos. Ahora disfruta y está en su paraíso particular viéndoles volar y quizá soñando con poder imitar a Ícaro, el mitológico hombre que pretendió volar y al que el dios griego Zeus le aconsejó que no alzase tanto el vuelo, para evitar que se le derritiese la cera con la que había impregnado sus alas postizas; ni tan bajo, para evitar golpearse al remontar el vuelo. Es una fantasía o leyenda mitológica, pero no me negarán que sería fantástico imaginar que pudiésemos volar como las aves. Quizá algún día pueda relatarlo, si consigo entrevistar a algún parapentista, pero esta sería otra historia.

P.D.- La próxima biografía será la de Mario Gaspar Pérez Martínez (futbolista). Si conoces la vida de algún/a deportista local, incluso de persona fallecida; o los datos históricos de algún club, telefonéame al 633 252 500. (Vicente) Gracias.

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