Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis
SÍMBOLO VIVO
El desmadre moral desencadenado por las cuatro últimas confrontaciones del Real Madrid con el Club de Fútbol Barcelona, ese nauseabundo maremagnum en que ambas entidades han dado lo por de sí, me ha hecho pensar en la figura modélica de Don Alfredo a la sombra del caballero sencillo, humilde y sabio, don Santiago Bernabeu, aquel señor deAlmansa que pescaba, en Santa Pola durante el verano, en pequeño llaud de un modesto amigo, no en el superyate del señor Pérez, a quien, por cierto, mi hermano Paco le compró su Pitina I, cuando Florentino no era lo que ni ahora merece, Presidente del Real Madrid, pero sí un magnate de la construcción…
Pensar en nuestro futbolista carismático, nuestra enseña de carne y alma, el señor Alfredo Di Stefano, que llena y enriquece la historia del Madrid desde su primer partido vestido de blanco el 23 de Septiembre de 1.953. Uno ha sido el socio numero 25445 del Real Madrid. Y ha vivido en el Bernabeu la parte española de las cinco primeras copas de Europa, esas que no cuentan los catalanes…Debidas al Régimen. Según los muy cretinos. Cuando el Régimen era repudiado en todo el continente. Cuando debiera pensarse que a pesar de…
Aquel riquísimo imaginario está impregnado de hechos, actitudes, presencias, gestos, detalles, de un futbolista irrepetible, trabajador, artista, inteligente, orgulloso, fuerte, hábil y líder, líder absoluto hasta límites que casi afectan al compañerismo. Alfredo era capaz de comerse en la cancha a quien viese remiso o con los brazos caídos. Recuerdo una escena con Santamaría, su compatriota, defensa central a la sazón, lo dos engallados, cuello estirado y barbillas pegadas, porque Di Stefano le afeaba una torpeza defensiva…Jugaba en todo el campo. Jamás dejaba de correr. Tenía varias velocidades. Y en todas ellas, era capaz de parar en seco, poner el pie derecho sobre el balón, otear el horizonte y organizar, con la mirada, la situación de todo el equipo. Corría como de puntillas. Volaba casi. Nadie pudo romperle una pierna, porque la tenía apenas asentada en su prodigiosa carrera, el pecho sacado y la frente alta. Aquella carrera olímpicamente hermosa, casi de ballet enardecido, que creaba juego para todos, que contagiaba entusiasmo y exigía concurso y acompañamiento. Que convocaba a la entrega solidaria y correspondiente. Porque convencía. Porque era el ejemplo en acto. El maestro con el mono puesto. Nunca ha habido ni, probablemente habrá, otro como él. Con su elegancia, su fortaleza, su hombría y sus ganas y alegría de jugar al fútbol, todo cerebro, corazón, profesionalidad y amor por el divertimento con el que se ganaba la vida…
Yo agradezco a la mía, la ocasión del conocimiento, próximo y real, inmediato, de unos cuantos grandes tipos. Uno de ellos, Pepe Luis Vázquez, el mejor de los toreros, que me regaló un capote con el que yo he toreado dos veces en Novelda, en corrida a beneficio del Asilo de Ancianos, (años 1965 y 66), y a quien aún visito y abrazo cuando voy a Sevilla. Ahora está muy delicado, el pobre. Últimamente, Vicente Ramos, el más grande de los maestros. También, ahora, con dificultades de salud. Otro, el autor de Benidorm, don Pedro Zaragoza Orts, uno de los alicantinos mas importantes del siglo XX, ya fallecido, amigo intimísimo y entrañable, todo un personaje, y otro, este sin trato personal, don Alfredo Di Stefano, el más grande jugador de fútbol de todos los tiempos que tanto contribuyó a la exaltación del Real Madrid, club honrado y señor desde siempre, modelo de instituciones deportivas.
En todos los acontecimientos de la última Copa de Europa, estaba Di Stefano en primer plano. Descendiendo del avión en Barajas. Celebrándolo en campo. Junto al rey. Di Stefano es un lujo vivo de nuestro club y honrarlo es honrarnos. Medio Bernabeu le pertenece hasta en el cemento. Se levantó con el trabajo prodigioso de sus piernas y su cabeza. Y medio prestigio del Real Madrid, primer club del mundo en el siglo pasado, según la FIFA, le pertenece deportivamente. Grandísimo futbolista para un grandísimo club. La mejor de las combinaciones…
Cuando vivo ahora el desprestigio de nuestras horas bajas, en manos de un hombre que cree que con dinero se consigue todo, rodeado de un staff ( una estafa, mejor), de gorrones improductivos como Valdano, Butragueño (gran futbolista pero tonto hasta caer de culo), Pardeza, Zidane, y no se si me dejo algún otro pesebrista y entrenado por un enfermo portugués a quien el ego le rompe las costuras de sus estrechos ternos, portador de una autoestima galáctica, enano superman aquejado de manía persecutoria, siento ganas de llorar. Ya solo falta que se nos sume Hierro, que ha dejado el villarato.
Don Alfredo, ponderado, discreto, el único que no desentona en esa orquesta de inútiles mamandurrieros y mercenarios sin el menor sentido de la camiseta. Seguro que está muriéndose de asco…
El desmadre moral desencadenado por las cuatro últimas confrontaciones del Real Madrid con el Club de Fútbol Barcelona, ese nauseabundo maremagnum en que ambas entidades han dado lo por de sí, me ha hecho pensar en la figura modélica de Don Alfredo a la sombra del caballero sencillo, humilde y sabio, don Santiago Bernabeu, aquel señor deAlmansa que pescaba, en Santa Pola durante el verano, en pequeño llaud de un modesto amigo, no en el superyate del señor Pérez, a quien, por cierto, mi hermano Paco le compró su Pitina I, cuando Florentino no era lo que ni ahora merece, Presidente del Real Madrid, pero sí un magnate de la construcción…
Pensar en nuestro futbolista carismático, nuestra enseña de carne y alma, el señor Alfredo Di Stefano, que llena y enriquece la historia del Madrid desde su primer partido vestido de blanco el 23 de Septiembre de 1.953. Uno ha sido el socio numero 25445 del Real Madrid. Y ha vivido en el Bernabeu la parte española de las cinco primeras copas de Europa, esas que no cuentan los catalanes…Debidas al Régimen. Según los muy cretinos. Cuando el Régimen era repudiado en todo el continente. Cuando debiera pensarse que a pesar de…
Aquel riquísimo imaginario está impregnado de hechos, actitudes, presencias, gestos, detalles, de un futbolista irrepetible, trabajador, artista, inteligente, orgulloso, fuerte, hábil y líder, líder absoluto hasta límites que casi afectan al compañerismo. Alfredo era capaz de comerse en la cancha a quien viese remiso o con los brazos caídos. Recuerdo una escena con Santamaría, su compatriota, defensa central a la sazón, lo dos engallados, cuello estirado y barbillas pegadas, porque Di Stefano le afeaba una torpeza defensiva…Jugaba en todo el campo. Jamás dejaba de correr. Tenía varias velocidades. Y en todas ellas, era capaz de parar en seco, poner el pie derecho sobre el balón, otear el horizonte y organizar, con la mirada, la situación de todo el equipo. Corría como de puntillas. Volaba casi. Nadie pudo romperle una pierna, porque la tenía apenas asentada en su prodigiosa carrera, el pecho sacado y la frente alta. Aquella carrera olímpicamente hermosa, casi de ballet enardecido, que creaba juego para todos, que contagiaba entusiasmo y exigía concurso y acompañamiento. Que convocaba a la entrega solidaria y correspondiente. Porque convencía. Porque era el ejemplo en acto. El maestro con el mono puesto. Nunca ha habido ni, probablemente habrá, otro como él. Con su elegancia, su fortaleza, su hombría y sus ganas y alegría de jugar al fútbol, todo cerebro, corazón, profesionalidad y amor por el divertimento con el que se ganaba la vida…
Yo agradezco a la mía, la ocasión del conocimiento, próximo y real, inmediato, de unos cuantos grandes tipos. Uno de ellos, Pepe Luis Vázquez, el mejor de los toreros, que me regaló un capote con el que yo he toreado dos veces en Novelda, en corrida a beneficio del Asilo de Ancianos, (años 1965 y 66), y a quien aún visito y abrazo cuando voy a Sevilla. Ahora está muy delicado, el pobre. Últimamente, Vicente Ramos, el más grande de los maestros. También, ahora, con dificultades de salud. Otro, el autor de Benidorm, don Pedro Zaragoza Orts, uno de los alicantinos mas importantes del siglo XX, ya fallecido, amigo intimísimo y entrañable, todo un personaje, y otro, este sin trato personal, don Alfredo Di Stefano, el más grande jugador de fútbol de todos los tiempos que tanto contribuyó a la exaltación del Real Madrid, club honrado y señor desde siempre, modelo de instituciones deportivas.
En todos los acontecimientos de la última Copa de Europa, estaba Di Stefano en primer plano. Descendiendo del avión en Barajas. Celebrándolo en campo. Junto al rey. Di Stefano es un lujo vivo de nuestro club y honrarlo es honrarnos. Medio Bernabeu le pertenece hasta en el cemento. Se levantó con el trabajo prodigioso de sus piernas y su cabeza. Y medio prestigio del Real Madrid, primer club del mundo en el siglo pasado, según la FIFA, le pertenece deportivamente. Grandísimo futbolista para un grandísimo club. La mejor de las combinaciones…
Cuando vivo ahora el desprestigio de nuestras horas bajas, en manos de un hombre que cree que con dinero se consigue todo, rodeado de un staff ( una estafa, mejor), de gorrones improductivos como Valdano, Butragueño (gran futbolista pero tonto hasta caer de culo), Pardeza, Zidane, y no se si me dejo algún otro pesebrista y entrenado por un enfermo portugués a quien el ego le rompe las costuras de sus estrechos ternos, portador de una autoestima galáctica, enano superman aquejado de manía persecutoria, siento ganas de llorar. Ya solo falta que se nos sume Hierro, que ha dejado el villarato.
Don Alfredo, ponderado, discreto, el único que no desentona en esa orquesta de inútiles mamandurrieros y mercenarios sin el menor sentido de la camiseta. Seguro que está muriéndose de asco…
UPyD denuncia que “no se compite en igualdad de condiciones” en la campaña electoral
El reparto de espacios gratuitos para la propaganda electoral otorga 156 al PP frente a los 6 de UPyD. Por esta razón, la candidatura de Novelda del partido de Rosa Díez decidieron usar su imaginación y se plantaron vestidos de “hombre anuncio” en la Plaza Vieja, reservada solo a los partidos mayoritarios.
Los miembros de la candidatura de UPyD Novelda, en lugar de la tradicional pegada de carteles en la Plaza Vieja, acudieron de “hombre anuncio” al lugar donde únicamente disponían de espacio PP y PSOE. Con esta acción el partido de Rosa Díez quiso dejar claro que “no se compite en igualdad de condiciones, pero con un poco imaginación se pueden obtener buenos resultados”.
El candidato a la alcaldía de Novelda por el partido magenta, Armando Esteve, expuso que “sin duda entrarán en el consistorio a pesar de las dificultades añadidas contra las que tienen que luchar”. La desproporción de los espacios electorales disponibles en Novelda es de 156 para el PP frente a los 6 de UPyD.
A este respecto Esteve comentó que “el ciudadano es el que tiene que juzgar si esta desproporción es justa o no, pero para ello deben ser conscientes que las leyes electorales las han amoldado a los intereses de los grandes partidos, unos intereses partidistas que ponen por encima del la propia democracia”.
Los miembros de la candidatura de UPyD Novelda, en lugar de la tradicional pegada de carteles en la Plaza Vieja, acudieron de “hombre anuncio” al lugar donde únicamente disponían de espacio PP y PSOE. Con esta acción el partido de Rosa Díez quiso dejar claro que “no se compite en igualdad de condiciones, pero con un poco imaginación se pueden obtener buenos resultados”.
El candidato a la alcaldía de Novelda por el partido magenta, Armando Esteve, expuso que “sin duda entrarán en el consistorio a pesar de las dificultades añadidas contra las que tienen que luchar”. La desproporción de los espacios electorales disponibles en Novelda es de 156 para el PP frente a los 6 de UPyD.
A este respecto Esteve comentó que “el ciudadano es el que tiene que juzgar si esta desproporción es justa o no, pero para ello deben ser conscientes que las leyes electorales las han amoldado a los intereses de los grandes partidos, unos intereses partidistas que ponen por encima del la propia democracia”.
El PSOE de Novelda celebra la 8ª edición de su tradicional “Cena Homenaje al Militante”.
Pedro Berenguer Simón, Miguel Ángel Pérez García (a título póstumo) y Zulima Pérez González fueron los socialistas homenajeados por la Agrupación Local.
El PSPV-PSOE de Novelda celebró el pasado viernes 29 de Abril la tradicional “Cena Homenaje al Militante” que viene realizando en los últimos ocho años.
El aforo del local se quedó pequeño para los muchos militantes que acudieron a la cita. Entre los militantes socialistas se encontraban el Secretario General José Manuel Martínez, el Secretario de Organización, Iván Ñíguez, el Presidente de Honor, Progreso Sabater, y el Presidente del partido y Alcalde de Novelda, Mariano Beltrá Alted.
Destacar la asistencia de los concejales socialistas Benigno Martínez, Sergio Mira, Mariló Cortés y Paco Cantó, así como el Secretario de Formación y Nuevas Tecnologías de la Comisión Ejecutiva Provincial, José Luís Puerto y el ex Alcalde de Novelda, Luís Gómez Díez.
En esta ocasión los históricos militantes socialistas homenajeados fueron Pedro Berenguer Simón y Miguel Ángel Pérez García a título póstumo. También se reconoció la trayectoria de Zulima Pérez González, simpatizante del partido desde hace muchos años e hija del histórico Francisco Alted Palomares.
El PSPV-PSOE de Novelda celebró el pasado viernes 29 de Abril la tradicional “Cena Homenaje al Militante” que viene realizando en los últimos ocho años.
El aforo del local se quedó pequeño para los muchos militantes que acudieron a la cita. Entre los militantes socialistas se encontraban el Secretario General José Manuel Martínez, el Secretario de Organización, Iván Ñíguez, el Presidente de Honor, Progreso Sabater, y el Presidente del partido y Alcalde de Novelda, Mariano Beltrá Alted.
Destacar la asistencia de los concejales socialistas Benigno Martínez, Sergio Mira, Mariló Cortés y Paco Cantó, así como el Secretario de Formación y Nuevas Tecnologías de la Comisión Ejecutiva Provincial, José Luís Puerto y el ex Alcalde de Novelda, Luís Gómez Díez.
En esta ocasión los históricos militantes socialistas homenajeados fueron Pedro Berenguer Simón y Miguel Ángel Pérez García a título póstumo. También se reconoció la trayectoria de Zulima Pérez González, simpatizante del partido desde hace muchos años e hija del histórico Francisco Alted Palomares.
Art. de opinión de Claudio Rizo Aldeguer
EL ENGRUDO, EL CUBO Y LA ESCOBA.
En tropel salen a la medianoche, cual bandada de pájaros en busca de la presa agazapada en la espesura de la noche tras el hueco de una esquina. Desde las calles, limpias e inocentes todavía, pueden verse lágrimas descolgarse del cielo, a regañadientes, quejándose de su destino y dibujando en las alturas un coro de palabras que sugieren provenir del averno: desempleo, deudas, embargo, insomnio… ¡Crisis! El acto de “pegada de carteles” es el símbolo que mejor representa el estallido de unas elecciones, hoy las locales y autonómicas; la puesta en marcha de un mecanismo gigantesco que actúa de imán para el votante, y que parece desoír, en esa exhibición de esa pompa, toda congoja que a éste le circunda. Pues no hay mayor consuelo para el “venido a menos” que el plato caliente ofrecido con sonrisa Photoshop sobre un panel forrado en oro, que la voz interesada que mana de un atril a la boca del Servef prometiendo empleo, o que el abrazo con doblez de quien busca verificar el voto para su causa en la profundidad de un bolsillo hecho jirones. Porque en la medianoche, después de cuatro años, la ciudad volvió a travestirse de futuros intangibles en su dolida desnudez, jugando con el alma, con el pan y la sal, a movimientos informes de masas pertrechadas de cubo y escoba, a puro calderazo de engrudo que sellaba en una pared la imagen del definitivo “colorín colorado, esta angustia se ha acabado”.
Hay que vender, lo que sea, quizá de eso vaya la vida. Vender, comprar. A veces mentir. O al menos, prometer, aunque sea sin tener. Hasta meter. Y la gente, cree, porque necesita creer, hacer suyo un sentimiento de grupo que aparea seguridad, aunque en esa entrega sepa a ciencia exacta que se le engaña. No importa que el político esgrima su discurso en un micrófono bajo sospecha, o que la sombra de una imputación le describa ondas concéntricas cada vez más estrechas alrededor de su corbata. Al que pisa la calle y siente llamaradas de fuego bajo sus pies, pareciera que no le disuada el antecedente nebuloso del que fabrica unas fábulas que ni los niños creerían. Valencia y Baleares, dos casos, saben, y muy bien, cómo mecer al bebé entre sus brazos y adormilarlo en un vaivén de sonrisas y opulencias vacías. Quizá sólo así se entienda la extraña seducción al alza en la intención de voto que la imputación de uno o varios delitos provoca en el seguimiento de los ciudadanos. Hasta el CIS, ese Oráculo que anticipa el pulso de la sangre antes de que ésta ocupe las venas, ya nos ha contado a pequeña escala la abundancia de ese flujo que llega, de gen dudoso, y que sortea, hábilmente, con la opacidad de los trámites y la gracia de los plazos, los tentáculos de la Justicia.
Los eslóganes son ganchos que nada dicen. Tratan al ciudadano de medio gilipollas con frases ampulosas e imposibles que rara vez se concretan. No se trata de ser el mejor, de sugerirnos propuestas, de invitarnos a recorrer caminos que nos susciten entusiasmos. Se tiende el desprestigio del adversario, antes que a los honores propios. “Su hundimiento será mi elevación”, podría rezar la más lapidaria, sangrante y sincera de las proclamas. Y como “sociedad” que es, la política, proclive al contubernio y al intercambio de parejas con puerta tapiada de adoquines, a pocos partidos, luego, les importa acostarse con su rival si tras el recuento precisan del beso del mismísimo diablo para ocupar el “sillón”. Ese que debiera ser el de la mayor dignidad y respeto. Por los demás. Y por uno mismo.
La ciudad vuelve a estar prostituida de imágenes que no cumplirán lo que dicen, porque ni ellos conocen, muchas veces, la naturaleza del jardín que venden. Ayer asistí a un Pleno que resultó esperpéntico por todas sus costuras. Enfrentamientos, bilis y rojeces en los rostros, coronado con un “tête-à-tète berlanguiano”, ya fuera del tiempo de Pleno, a modo de una prórroga ridícula, entre dos concejales, uno del PP y otro del PSOE, y en cuyo tercio sólo eché en falta la calva de Kiko Matamoros o la expresión adulterada de la Esteban diciendo aquello de “Yo por mi hija, mato”.
¿Ese es el ejemplo?
No. Esa es la realidad. Y quién sabe si es la que nos merecemos…
En tropel salen a la medianoche, cual bandada de pájaros en busca de la presa agazapada en la espesura de la noche tras el hueco de una esquina. Desde las calles, limpias e inocentes todavía, pueden verse lágrimas descolgarse del cielo, a regañadientes, quejándose de su destino y dibujando en las alturas un coro de palabras que sugieren provenir del averno: desempleo, deudas, embargo, insomnio… ¡Crisis! El acto de “pegada de carteles” es el símbolo que mejor representa el estallido de unas elecciones, hoy las locales y autonómicas; la puesta en marcha de un mecanismo gigantesco que actúa de imán para el votante, y que parece desoír, en esa exhibición de esa pompa, toda congoja que a éste le circunda. Pues no hay mayor consuelo para el “venido a menos” que el plato caliente ofrecido con sonrisa Photoshop sobre un panel forrado en oro, que la voz interesada que mana de un atril a la boca del Servef prometiendo empleo, o que el abrazo con doblez de quien busca verificar el voto para su causa en la profundidad de un bolsillo hecho jirones. Porque en la medianoche, después de cuatro años, la ciudad volvió a travestirse de futuros intangibles en su dolida desnudez, jugando con el alma, con el pan y la sal, a movimientos informes de masas pertrechadas de cubo y escoba, a puro calderazo de engrudo que sellaba en una pared la imagen del definitivo “colorín colorado, esta angustia se ha acabado”.
Hay que vender, lo que sea, quizá de eso vaya la vida. Vender, comprar. A veces mentir. O al menos, prometer, aunque sea sin tener. Hasta meter. Y la gente, cree, porque necesita creer, hacer suyo un sentimiento de grupo que aparea seguridad, aunque en esa entrega sepa a ciencia exacta que se le engaña. No importa que el político esgrima su discurso en un micrófono bajo sospecha, o que la sombra de una imputación le describa ondas concéntricas cada vez más estrechas alrededor de su corbata. Al que pisa la calle y siente llamaradas de fuego bajo sus pies, pareciera que no le disuada el antecedente nebuloso del que fabrica unas fábulas que ni los niños creerían. Valencia y Baleares, dos casos, saben, y muy bien, cómo mecer al bebé entre sus brazos y adormilarlo en un vaivén de sonrisas y opulencias vacías. Quizá sólo así se entienda la extraña seducción al alza en la intención de voto que la imputación de uno o varios delitos provoca en el seguimiento de los ciudadanos. Hasta el CIS, ese Oráculo que anticipa el pulso de la sangre antes de que ésta ocupe las venas, ya nos ha contado a pequeña escala la abundancia de ese flujo que llega, de gen dudoso, y que sortea, hábilmente, con la opacidad de los trámites y la gracia de los plazos, los tentáculos de la Justicia.
Los eslóganes son ganchos que nada dicen. Tratan al ciudadano de medio gilipollas con frases ampulosas e imposibles que rara vez se concretan. No se trata de ser el mejor, de sugerirnos propuestas, de invitarnos a recorrer caminos que nos susciten entusiasmos. Se tiende el desprestigio del adversario, antes que a los honores propios. “Su hundimiento será mi elevación”, podría rezar la más lapidaria, sangrante y sincera de las proclamas. Y como “sociedad” que es, la política, proclive al contubernio y al intercambio de parejas con puerta tapiada de adoquines, a pocos partidos, luego, les importa acostarse con su rival si tras el recuento precisan del beso del mismísimo diablo para ocupar el “sillón”. Ese que debiera ser el de la mayor dignidad y respeto. Por los demás. Y por uno mismo.
La ciudad vuelve a estar prostituida de imágenes que no cumplirán lo que dicen, porque ni ellos conocen, muchas veces, la naturaleza del jardín que venden. Ayer asistí a un Pleno que resultó esperpéntico por todas sus costuras. Enfrentamientos, bilis y rojeces en los rostros, coronado con un “tête-à-tète berlanguiano”, ya fuera del tiempo de Pleno, a modo de una prórroga ridícula, entre dos concejales, uno del PP y otro del PSOE, y en cuyo tercio sólo eché en falta la calva de Kiko Matamoros o la expresión adulterada de la Esteban diciendo aquello de “Yo por mi hija, mato”.
¿Ese es el ejemplo?
No. Esa es la realidad. Y quién sabe si es la que nos merecemos…
Denia, Gijón y el Barrio la Cruz marcan el fin de semana del Novelda-Carmencita
Los atletas de este club noveldense volvieron a dividirse el pasado fin de semana en tres competiciones diferentes.
El sábado 30 de abril el club fue hasta Denia a la segunda jornada del Provincial Cadete de Aire libre y I Control Juvenil, donde se desplazaron algunos cadetes y juveniles. Los cadetes participaron en lanzamiento de Peso y en los 100 metros lisos, y el juvenil que se desplazó participó en los 100 metros lisos. En el peso, Sergi Diez quedó 5º, Javier Giner 6º, Javier Palao 7º y José Manuel García el 8º. Y en el 100 metros lisos Verónica Tierraseca quedó 6ª de su serie. En el juvenil participó Nacho Pérez y ganó su serie.
Por la tarde se disputaba el XX Campeonato de España de Media Maratón en Gijón, y hasta allí se desplazaron el viernes Candi García y Miguel Ángel Martínez. Estos dos atletas, que iban clasificados para el campeonato de España, realizaron una gran carrera, y eso que los dos iban algo mermados de entrenamiento. Miguel Ángel entró en el puesto 102 del Campeonato de España con 1h 16 minutos y Candi García la 28 del Campeonato de España, pero la 17 de sénior de la carrera con 1h 29 minutos. Los dos atletas llegaron a meta con tiempos inferiores a los que piden para la mínima del Campeonato de España, cosa que a veces no ocurre por un mal estado de forma, como les ha pasado a los dos atletas. Aún así, ambos regresaron contentos porque dieron todo lo que pudieron.
Y el domingo se celebraba la XVI Cross Barrio La Cruz, donde participaron muchos atletas del club y donde estuvieron ayudando en la organización. Participaron los siguientes atletas del club: Raúl Perles, Carlos Paterna, Mohammed Jaafri, Javier Mira, Alicia Botella, Verónica Tierraseca, José Luis Soler Rodríguez, Nacho Pérez, Cristina Soler, Mélody Prieto, Alberto Botella, José David Ruiz, Luis Cremades, Javier Cuenca, Vicente Mira, Paco Falco, José Luis Soler Hurtado, Gustavo Maestre, José F. Coloma e Igor Holovka.
El sábado 30 de abril el club fue hasta Denia a la segunda jornada del Provincial Cadete de Aire libre y I Control Juvenil, donde se desplazaron algunos cadetes y juveniles. Los cadetes participaron en lanzamiento de Peso y en los 100 metros lisos, y el juvenil que se desplazó participó en los 100 metros lisos. En el peso, Sergi Diez quedó 5º, Javier Giner 6º, Javier Palao 7º y José Manuel García el 8º. Y en el 100 metros lisos Verónica Tierraseca quedó 6ª de su serie. En el juvenil participó Nacho Pérez y ganó su serie.
Por la tarde se disputaba el XX Campeonato de España de Media Maratón en Gijón, y hasta allí se desplazaron el viernes Candi García y Miguel Ángel Martínez. Estos dos atletas, que iban clasificados para el campeonato de España, realizaron una gran carrera, y eso que los dos iban algo mermados de entrenamiento. Miguel Ángel entró en el puesto 102 del Campeonato de España con 1h 16 minutos y Candi García la 28 del Campeonato de España, pero la 17 de sénior de la carrera con 1h 29 minutos. Los dos atletas llegaron a meta con tiempos inferiores a los que piden para la mínima del Campeonato de España, cosa que a veces no ocurre por un mal estado de forma, como les ha pasado a los dos atletas. Aún así, ambos regresaron contentos porque dieron todo lo que pudieron.
Y el domingo se celebraba la XVI Cross Barrio La Cruz, donde participaron muchos atletas del club y donde estuvieron ayudando en la organización. Participaron los siguientes atletas del club: Raúl Perles, Carlos Paterna, Mohammed Jaafri, Javier Mira, Alicia Botella, Verónica Tierraseca, José Luis Soler Rodríguez, Nacho Pérez, Cristina Soler, Mélody Prieto, Alberto Botella, José David Ruiz, Luis Cremades, Javier Cuenca, Vicente Mira, Paco Falco, José Luis Soler Hurtado, Gustavo Maestre, José F. Coloma e Igor Holovka.
Art. de opinión de Vicente Díez García
¿Qué clase de ciclismo podríamos ver en el nuevo velódromo?
Ya dije en su día que la pista es la verdadera universidad para el ciclista. Por ella pasaron y siguen practicándola, grandes nombres de la historia del pedal. Excepto subir montañas, cualquier otra especialidad se desarrolla mejor en la pista que en la carretera y con menos peligro, pues no hay vehículos.
-) De todas las modalidades, para mí destaca como la obra maestra el record mundial de la hora en pista. No todos los profesionales tienen acceso a intentarlo; sólo a quien designe la UCI (Unión Ciclista Internacional).
Su larga historia habría que dividirla en cuatro épocas: la primera fue la de los especialistas de la pista, o pistards, y comenzó en 1.893; el primer recordman fue Henri Desgrange, periodista de profesión y posterior director del Tour de Francia. Este enamorado de la bicicleta superó los 35 kms/h en el velódromo Buffalo (París). Destaca en esta primera fase la rivalidad que desarrollaron el suizo Egg y el francés Bartett, superándose mutuamente en varias ocasiones en los años 10. Después hubo otros ciclistas que elevaron el registro previo, incluso un escalador francés de los años 30, Archambaud y la distancia recorrida fue aumentando hasta superar los 40 kms/h.
La segunda época fue la de los ases de la carretera o routiers; para mí, la más gloriosa por la leyenda de los que lo consiguieron No cabría en este artículo ni siquiera un resumen de las victorias más sobresalientes de cada uno de estos grandes mitos del pedal. Comenzó en 1.942, en plena II Guerra Mundial y oyendo de cerca el bombardeo que la aviación inglesa infringía a Milán, en el velódromo Vigorelli, «il campionissimo» Fausto Coppi dejó el record cercano a los 46 kms/h. Duró catorce años esta marca, hasta que «monsieur Chrono» Jacques Anquetil, un joven francés que ya era mucho más que una promesa, superó la barrera de los 46 kms/h. Sólo retuvo su hazaña tres meses, pues otro transalpino «que parecía comerse al mundo», Ercole Baldini, recuperó para Italia el título. Un nuevo ciclista galo, «el vendaval de Saint Etienne» Roger Riviêre, lo elevaría a más de 47 kms/h… Y en este record dejaron su marca en años posteriores muy buenos ciclistas, hasta llegar al más recordado de todos, un belga que todavía conserva millones de admiradores, «el caníbal» Eddy Merckx en 1.972, quien llevaría la distancia recorrida en los 60 minutos hasta casi los 50 kms/h.Se decía que nadie superaría el record de Merckx; pero, años después…
La tercera época es la de aerodinámica: las bicicletas y su diseño tuvieron tanta importancia en la consecución del record como la aportación del ciclista y su esfuerzo. Esta época comenzó en 1.984 y vimos al italiano Francesco Mosser con rueda lenticular trasera, quien superó los 51 kms/h. De esta época, también es el británico Boardmann… y así llegamos a ver, entre otros, al «extraterrestre» Miguel Indurain (Burdeos, 1.994) quien, con su modelo Espada, traspasó los 55 kms/h. Apenas 50 días le duró este honor al navarro, pues uno de sus mejores rivales en la carretera, el suizo Toni Rominger sobrepasó los 56 kms/h. También lo consiguió otro británico, Graeme Obree, con una bici que parecía hecha con piezas de bólidos de Fórmula-1: del cuadro sobresalía un tubo casi vertical para apoyar el manillar, que a su vez era lineal, parecido a las bicis de paseo y que llevaba prácticamente pegado al pecho… Estos últimos ciclistas ya casi se parecían a los atronautas por su vestimenta, colocación y bicicletas.
Y actalmente, la cuarta época: para mí, la de la lógica, pues no terminaba de gustarme la de la aerodinámica. Asumo que todo invento humano evoluciona, pero un record ha de intentarse en igualdad de condiciones a lo largo de su historia, aunque no se evitará que mejoren las aleaciones de los metales empleados en las bicis, así como la longitud de las tijas del sillín y manillar, o de la barra horizontal del cuadro. Admitir la erodinámica sería como intentar comparar las prestaciones de un «600» con otros automóviles posteriores, hasta llegar a los de Fórmula-1. Esta última época es la de la vuelta a las directrices de la UCI, que revisa previamente la bici del aspirante a recordman. Se dieron por nulos los regustros superiores a 54 kms/h, invalidando los de Indurain, Rominger y Obree y se partió de nuevo desde el record de Chris Boardmann. A propósito de este ciclista: fue campeón mundial contra reloj (1.996) e incluso, lider del Tour de Francia; actualmente, es técnico de su Federación para la próxima Olimpiada (Londres, 2.012) y ha propiciado que otros compatriotas sigan su ejemplo; entre éstos destaca Mark Cavendish, uno de los mejores sprinters actuales, algo aprendido y practicado en la pista.
-) Otra modalidad del ciclismo en pista el medio fondo, más conocido por tras moto. El ciclista va acoplado a un rodillo que lleva la moto precedente y si el ciclista se retrasase de su moto stayer, quien ha de llegar a la meta y al que se cronometra es al ciclista. Fue inolvidable Guillermo Timoner, natural de Felanitx (Baleares) y con seis títulos mundiales. Por cierto, esta comunidad autónoma es cantera de los mejores ciclistas hispanos de pista, como Jaime Alomar, Gabriel Más y recientemente, Joan Llaneras quien consiguió siete maillots arco iris en otras especialidades del piñón fijo. Timoner tenía su técnica para vencer y solía darle buenos resultados: salía a medio gas, incluso perdía alguna vuelta con relación al destacado, pero tras la mitad de carrera, se le oía en la tele gritarle a su stayer: «¡Más…más!» . Parecía que empujaba a la moto.
-) El scratch; similar a una prueba en línea: se dan una serie de vueltas a la pista y el sprint final decide la clasificación. Quizás sea la modalidad menos espectacular, pues se parece bastante a las de carretera.
-) La puntuación: en la que los ciclistas disputan 5, 3, 2 y 1 puntos cada X vueltas, o cada X minutos y con puntuación doble (10, 6, 4 y 2 puntos) a mitad y final de carrera. El corredor o corredores que alcance por detrás al grueso del pelotón, recibe 20 puntos más.
-) Carrera a la americana: se forman parejas de ciclistas, ambos con el mismo número de dorsal; el desarrollo es idéntico a la de puntuación y ambos ciclistas de la pareja pueden relevarse; se sujetan por la mano y el que estaba en carrera, lanza a su pareja para continuar puntuando. El que cedió el relevo se aparta a la zona alta del velódromo y va más despacio, para recuperarse. El número de puntos conseguidos y de vueltas perdidas se le contabilizan al que se incorporó a la carrera. Esta modalidad y la de tras moto no suelen verse entre aficionados, sino con profesionales.
-) La eliminación: como su nombre indica, a partir de la 2ª ó 3ª vuelta, en vueltas alternas se elimina al último corredor que llegue a la línea de meta y se toma como referencia la rueda trasera.
-) La persecución (individual, o por equipos): en la individual, se coloca un ciclista en la meta y su rival, en la contrameta. Tras una serie de vueltas, vence el que llegue primero a su línea de salida. Y si uno de ellos alcanzase a su rival, éste quedaría eliminado y el que logró alcanzarle ha de continuar hasta su final, para cronometrar el tiempo empleado. Casi idénticos requisitos se piden a los equipos, de cuatro ciclistas, quienes tras relevarse en cada peralte, intentarán alcanzar a sus rivales. El tiempo a cronometrar es el del tercer ciclista de cada equipo.
-) Persecución a la italiana: parecida a la persecución por equipos; dos grupos de tres ciclistas cada uno, salen de meta y contramenta en perfecta alineación. Al llegar a su primera vuelta, el primer ciclista de cada equipo se sube al peralte, apartándose de sus dos compañeros, que continúan en carrera. Se repite una nueva retirada al completar la segunda vuelta y de cada grupo, continúa lanzado su líder respectivo y vencerá el que pise antes su lugar de salida.
-) El kilómetro (lanzado, o con salida parada): es una carrera contra reloj y vencerá quien menos tiempo necesite para completar los 1.000 metros del recorrido.
-) El keirin (prueba de origen japonés): los ciclistas siguen a un motorista stayer sin sobrepasarle, quien poco a poco aumenta la velocidad. Cuando suene la campana, faltará una vuelta. El stayer se aparta a la zona baja del velódromo y los ciclistas disputan el sprint final.
-) La velocidad: dos rivales en la pista y se sortea quién saldrá delante en la primera mitad, pues el que sale detrás (a rueda), tiene la ventaja de vigilar al que le precede. Suelen ir despacio hasta dar una vuelta; entonces, ya pueden hacer plantarse (el stage), moviendo apenas la rueda delantera hacia los lados para guardar el equilibrio y se descalificaría al que retroceda o se apoye con un pié en el suelo. Pueden estar varios minutos plantados, hasta que uno de los dos decida tomar la iniciativa y avanzar; la velocidad va aumentando en esta segunda vuelta y se cronometra el tiempo de los últimos 200 metros. La segunda mitad repite el proceso, inviertiendo el orden de salida y si hubiese empate a triunfos, nuevo sorteo en un tercer y definitivo intento.
…. Y así, hasta un total de 25 pruebas , o modalidades distintas con el piñón fijo.
De las fotografías aportadas, detallo que en la primera se ve al noveldense Luis Navarro Amorós entrenando en pista junto al inolvidable Miguel Poblet «el bebé de Montcada» . En la segunda se ve a otro noveldense, Miguel Angel Toledo García (de la saga «Candela»), quien consiguió cuatro títulos de campeón nacional en pista; años después, fue seleccionador autonómico; hoy «sigue al pié del cañón» , impartiendo experiencias. En la tercera vemos a Navarro como seleccionador provincial de pista («quien fue cocinero antes que fraile, lo de la cocina, bien lo sabe»). Y en la cuarta se ve la selección nacional: de pié, el segundo ciclista por la izquierda es Joan Llaneras; el tercero, Miguel A. Toledo y el sexto, Abraham Olano. Hoy, destaca a nivel nacional con tres títulos, un chaval de 18 años y vecino de esta ciudad, Julio Alberto Amores Palacios, el «amo» del piñón fijo y una frme promesa en la ruta. Podría llegar muy lejos, ojalá.
Acabo reseñando que en velódromos norteamericanos, australianos, británicos y japoneses, el espectador puede apostar dinero por los resultados de cada prueba y por la clasificación final de la reunión en esa pista. ¿Veremos algo así, aquí, en Novelda?
Ya dije en su día que la pista es la verdadera universidad para el ciclista. Por ella pasaron y siguen practicándola, grandes nombres de la historia del pedal. Excepto subir montañas, cualquier otra especialidad se desarrolla mejor en la pista que en la carretera y con menos peligro, pues no hay vehículos.
-) De todas las modalidades, para mí destaca como la obra maestra el record mundial de la hora en pista. No todos los profesionales tienen acceso a intentarlo; sólo a quien designe la UCI (Unión Ciclista Internacional).
Su larga historia habría que dividirla en cuatro épocas: la primera fue la de los especialistas de la pista, o pistards, y comenzó en 1.893; el primer recordman fue Henri Desgrange, periodista de profesión y posterior director del Tour de Francia. Este enamorado de la bicicleta superó los 35 kms/h en el velódromo Buffalo (París). Destaca en esta primera fase la rivalidad que desarrollaron el suizo Egg y el francés Bartett, superándose mutuamente en varias ocasiones en los años 10. Después hubo otros ciclistas que elevaron el registro previo, incluso un escalador francés de los años 30, Archambaud y la distancia recorrida fue aumentando hasta superar los 40 kms/h.
La segunda época fue la de los ases de la carretera o routiers; para mí, la más gloriosa por la leyenda de los que lo consiguieron No cabría en este artículo ni siquiera un resumen de las victorias más sobresalientes de cada uno de estos grandes mitos del pedal. Comenzó en 1.942, en plena II Guerra Mundial y oyendo de cerca el bombardeo que la aviación inglesa infringía a Milán, en el velódromo Vigorelli, «il campionissimo» Fausto Coppi dejó el record cercano a los 46 kms/h. Duró catorce años esta marca, hasta que «monsieur Chrono» Jacques Anquetil, un joven francés que ya era mucho más que una promesa, superó la barrera de los 46 kms/h. Sólo retuvo su hazaña tres meses, pues otro transalpino «que parecía comerse al mundo», Ercole Baldini, recuperó para Italia el título. Un nuevo ciclista galo, «el vendaval de Saint Etienne» Roger Riviêre, lo elevaría a más de 47 kms/h… Y en este record dejaron su marca en años posteriores muy buenos ciclistas, hasta llegar al más recordado de todos, un belga que todavía conserva millones de admiradores, «el caníbal» Eddy Merckx en 1.972, quien llevaría la distancia recorrida en los 60 minutos hasta casi los 50 kms/h.Se decía que nadie superaría el record de Merckx; pero, años después…
La tercera época es la de aerodinámica: las bicicletas y su diseño tuvieron tanta importancia en la consecución del record como la aportación del ciclista y su esfuerzo. Esta época comenzó en 1.984 y vimos al italiano Francesco Mosser con rueda lenticular trasera, quien superó los 51 kms/h. De esta época, también es el británico Boardmann… y así llegamos a ver, entre otros, al «extraterrestre» Miguel Indurain (Burdeos, 1.994) quien, con su modelo Espada, traspasó los 55 kms/h. Apenas 50 días le duró este honor al navarro, pues uno de sus mejores rivales en la carretera, el suizo Toni Rominger sobrepasó los 56 kms/h. También lo consiguió otro británico, Graeme Obree, con una bici que parecía hecha con piezas de bólidos de Fórmula-1: del cuadro sobresalía un tubo casi vertical para apoyar el manillar, que a su vez era lineal, parecido a las bicis de paseo y que llevaba prácticamente pegado al pecho… Estos últimos ciclistas ya casi se parecían a los atronautas por su vestimenta, colocación y bicicletas.
Y actalmente, la cuarta época: para mí, la de la lógica, pues no terminaba de gustarme la de la aerodinámica. Asumo que todo invento humano evoluciona, pero un record ha de intentarse en igualdad de condiciones a lo largo de su historia, aunque no se evitará que mejoren las aleaciones de los metales empleados en las bicis, así como la longitud de las tijas del sillín y manillar, o de la barra horizontal del cuadro. Admitir la erodinámica sería como intentar comparar las prestaciones de un «600» con otros automóviles posteriores, hasta llegar a los de Fórmula-1. Esta última época es la de la vuelta a las directrices de la UCI, que revisa previamente la bici del aspirante a recordman. Se dieron por nulos los regustros superiores a 54 kms/h, invalidando los de Indurain, Rominger y Obree y se partió de nuevo desde el record de Chris Boardmann. A propósito de este ciclista: fue campeón mundial contra reloj (1.996) e incluso, lider del Tour de Francia; actualmente, es técnico de su Federación para la próxima Olimpiada (Londres, 2.012) y ha propiciado que otros compatriotas sigan su ejemplo; entre éstos destaca Mark Cavendish, uno de los mejores sprinters actuales, algo aprendido y practicado en la pista.
-) Otra modalidad del ciclismo en pista el medio fondo, más conocido por tras moto. El ciclista va acoplado a un rodillo que lleva la moto precedente y si el ciclista se retrasase de su moto stayer, quien ha de llegar a la meta y al que se cronometra es al ciclista. Fue inolvidable Guillermo Timoner, natural de Felanitx (Baleares) y con seis títulos mundiales. Por cierto, esta comunidad autónoma es cantera de los mejores ciclistas hispanos de pista, como Jaime Alomar, Gabriel Más y recientemente, Joan Llaneras quien consiguió siete maillots arco iris en otras especialidades del piñón fijo. Timoner tenía su técnica para vencer y solía darle buenos resultados: salía a medio gas, incluso perdía alguna vuelta con relación al destacado, pero tras la mitad de carrera, se le oía en la tele gritarle a su stayer: «¡Más…más!» . Parecía que empujaba a la moto.
-) El scratch; similar a una prueba en línea: se dan una serie de vueltas a la pista y el sprint final decide la clasificación. Quizás sea la modalidad menos espectacular, pues se parece bastante a las de carretera.
-) La puntuación: en la que los ciclistas disputan 5, 3, 2 y 1 puntos cada X vueltas, o cada X minutos y con puntuación doble (10, 6, 4 y 2 puntos) a mitad y final de carrera. El corredor o corredores que alcance por detrás al grueso del pelotón, recibe 20 puntos más.
-) Carrera a la americana: se forman parejas de ciclistas, ambos con el mismo número de dorsal; el desarrollo es idéntico a la de puntuación y ambos ciclistas de la pareja pueden relevarse; se sujetan por la mano y el que estaba en carrera, lanza a su pareja para continuar puntuando. El que cedió el relevo se aparta a la zona alta del velódromo y va más despacio, para recuperarse. El número de puntos conseguidos y de vueltas perdidas se le contabilizan al que se incorporó a la carrera. Esta modalidad y la de tras moto no suelen verse entre aficionados, sino con profesionales.
-) La eliminación: como su nombre indica, a partir de la 2ª ó 3ª vuelta, en vueltas alternas se elimina al último corredor que llegue a la línea de meta y se toma como referencia la rueda trasera.
-) La persecución (individual, o por equipos): en la individual, se coloca un ciclista en la meta y su rival, en la contrameta. Tras una serie de vueltas, vence el que llegue primero a su línea de salida. Y si uno de ellos alcanzase a su rival, éste quedaría eliminado y el que logró alcanzarle ha de continuar hasta su final, para cronometrar el tiempo empleado. Casi idénticos requisitos se piden a los equipos, de cuatro ciclistas, quienes tras relevarse en cada peralte, intentarán alcanzar a sus rivales. El tiempo a cronometrar es el del tercer ciclista de cada equipo.
-) Persecución a la italiana: parecida a la persecución por equipos; dos grupos de tres ciclistas cada uno, salen de meta y contramenta en perfecta alineación. Al llegar a su primera vuelta, el primer ciclista de cada equipo se sube al peralte, apartándose de sus dos compañeros, que continúan en carrera. Se repite una nueva retirada al completar la segunda vuelta y de cada grupo, continúa lanzado su líder respectivo y vencerá el que pise antes su lugar de salida.
-) El kilómetro (lanzado, o con salida parada): es una carrera contra reloj y vencerá quien menos tiempo necesite para completar los 1.000 metros del recorrido.
-) El keirin (prueba de origen japonés): los ciclistas siguen a un motorista stayer sin sobrepasarle, quien poco a poco aumenta la velocidad. Cuando suene la campana, faltará una vuelta. El stayer se aparta a la zona baja del velódromo y los ciclistas disputan el sprint final.
-) La velocidad: dos rivales en la pista y se sortea quién saldrá delante en la primera mitad, pues el que sale detrás (a rueda), tiene la ventaja de vigilar al que le precede. Suelen ir despacio hasta dar una vuelta; entonces, ya pueden hacer plantarse (el stage), moviendo apenas la rueda delantera hacia los lados para guardar el equilibrio y se descalificaría al que retroceda o se apoye con un pié en el suelo. Pueden estar varios minutos plantados, hasta que uno de los dos decida tomar la iniciativa y avanzar; la velocidad va aumentando en esta segunda vuelta y se cronometra el tiempo de los últimos 200 metros. La segunda mitad repite el proceso, inviertiendo el orden de salida y si hubiese empate a triunfos, nuevo sorteo en un tercer y definitivo intento.
…. Y así, hasta un total de 25 pruebas , o modalidades distintas con el piñón fijo.
De las fotografías aportadas, detallo que en la primera se ve al noveldense Luis Navarro Amorós entrenando en pista junto al inolvidable Miguel Poblet «el bebé de Montcada» . En la segunda se ve a otro noveldense, Miguel Angel Toledo García (de la saga «Candela»), quien consiguió cuatro títulos de campeón nacional en pista; años después, fue seleccionador autonómico; hoy «sigue al pié del cañón» , impartiendo experiencias. En la tercera vemos a Navarro como seleccionador provincial de pista («quien fue cocinero antes que fraile, lo de la cocina, bien lo sabe»). Y en la cuarta se ve la selección nacional: de pié, el segundo ciclista por la izquierda es Joan Llaneras; el tercero, Miguel A. Toledo y el sexto, Abraham Olano. Hoy, destaca a nivel nacional con tres títulos, un chaval de 18 años y vecino de esta ciudad, Julio Alberto Amores Palacios, el «amo» del piñón fijo y una frme promesa en la ruta. Podría llegar muy lejos, ojalá.
Acabo reseñando que en velódromos norteamericanos, australianos, británicos y japoneses, el espectador puede apostar dinero por los resultados de cada prueba y por la clasificación final de la reunión en esa pista. ¿Veremos algo así, aquí, en Novelda?