El PSOE está a favor de la vida y a favor de la libertad. Todos los hombres y mujeres que formamos parte del Partido Socialista creemos en la vida y en la libertad de todas las personas. Pero también creemos en la capacidad de decidir.
La Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo es una ley que, al igual que otras, como la del matrimonio entre personas del mismo sexo, viene a ampliar derechos. ¿Cómo negarse a la ampliación de derechos? ¿En base a qué? ¿A la religión, a la tradición? España, desde la Constitución de 1978, es aconfesional, procesando una libertad religiosa que, sin embargo, no ha sido óbice para que, atendiendo a nuestra historia y tradición, sea el Gobierno actual el que mayor respeto ha mostrado a la Iglesia Católica.
Una cosa no quita a la otra. España es aconfesional, el PSOE no procesa ninguna religión y nuestras únicas convicciones son el respeto a todas las ideologías, los avances sociales y la consecución de derechos para la ciudadanía. El mismo respeto, que desde el Partido Socialista pedimos para las decisiones individuales de las personas. En más de cien años de historia socialista, nunca hemos obligado ni dirigido los pensamientos de nuestros afiliados, militantes o simpatizantes.
Aunque pueda parecer obvio aclarar este detalle, el Partido Socialista Obrero Español no tiene por cometido hurgar en la conciencia, ni la moral, ni la fe de los ciudadanos, esos temas entran en el estricto ámbito de la elección del individuo según sus principios. Y respeta, como no puede ser de otro modo, la opción que cada ciudadano escoja en conciencia.
Pero como partido que cree en las libertades y los derechos, trata de ser coherente con sus ideales políticos y voluntad de servicio público. En la noble tarea que los ciudadanos encomiendan a los partidos políticos, se incluye la regulación de los derechos y servicios que asisten a todos con independencia de sus creencias, basándose para ello en el marco legal vigente y adaptándolo a las necesidades y demandas de una sociedad en constante evolución.
Una vez dicho esto, queremos asimismo recordar que, regular un derecho no implica obligar a nadie a hacer uso del mismo, eso queda a la conciencia de cada ciudadano según sus creencias personales.
La Marcha por la Vida no era una marcha simplemente en favor de la vida, algo que no solo habría tenido un par de cientos de asistentes sino miles, sino una manifestación popular en contra de las leyes que determinado Gobierno, leyes que, como en el caso de la del aborto, existían en periodos de gobierno del Partido Popular. Además, los convocantes de la Marcha llamaban a filas aludiendo al carácter homicida del partido en el Gobierno, insistiendo en que, caso de no ir, se estaría fomentando la cultura de la muerte.
Lo que no podemos dejar pasar por alto es la asociación, ya sea deliberada o inconsciente, que se hace en sus manifestaciones acerca de determinado partido, con lo que llega a denominar como crimen. Legislar no es delinquir, es justo la fórmula que tenemos para intentar delimitar en qué consiste un delito. Nada más lejos de nuestra intención y vocación.
Y en referencia a la coherencia antes mencionada, si su vocación no es la política, y precisamente por ello, celebra que la convocatoria del acto no fuese de carácter político, mejor sería dejar al margen de acusación alguna de delitos a un partido, y centrarse exclusivamente en las reflexiones motivo de la manifestación. Del mismo modo, se reduciría así su preocupación por la supuesta cantidad de votos que le pueda costar al partido, la no participación del Alcalde en la manifestación.
