Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

YO, EN MI SITIO

El final es un principio de retorno. No hay horizonte si yo estoy en él. El horizonte que piso, lo es para otro. Mi horizonte equidista de mi. Soy y estoy en su espacio. Estoy verticalmente, puesto de pie, plantado, como se dice de los árboles y mal de las personas, sobre el suelo horizontal de mi horizonte. Y no es una cuestión de planos sino de espacios. Yo soy mi espacio si estoy en él. Un horizonte personal y utópico, sin sitio distinto y no ocupado. En el sitio mío.

¿Y el otro, está en mi horizonte, en el real, en el que veo y enfrento pero no ocupo porque aun no he llegado hasta él ? ¿A la distancia? En la situación intelectual que mas se acuerda con mi fe razonada, el otro de estar junto a mi, sobre este espacio horizontal mío que ya no es horizonte, el que yo ocupo. Compartido con él. A mano, A la distancia de un posible abrazo.

Y aquí estoy y existo. Pensando. Pienso, luego existo, que dijo don Renato. Que igual pudo decir “existo porque pienso”. Porque, si no pensara, no existiría. El pensamiento es mi realidad. Y mi esencia consiste en pensar. Siendo, por tanto, mi pensamiento, existencial y vivible, vivir es tanto pensar como meditar es estar en la vida. Y se piensa con ideas. Pero con ideas llenas de palabras. Por donde la palabra tiene carne vital. “Dios tiene el corazón de carne” dijo, bastante recientemente, Ratzinger el de la cabeza blanca, los zapatitos rojos y las ideas brillantísimas. Ese sabio bávaro que ahora regenta el negocio de Dios.

La Palabra se hizo Hombre y acampó entre nosotros. Somos, pues, la palabra, el logos, el pensamiento, la idea, puestos a vivir, a un vivir que es pensar.

Volvamos a la idea de horizonte, en el que nos encontramos con un final imposible, que siempre puede representar el principio, desde otro sentido de marcha o dirección de movimiento. Al final de un horizonte siempre hay otro que empieza y que no se alcanzará nunca, porque siempre tendría otro mas allá, enfrente, esperando. Lo propio del horizonte es estar allá Es no ser nunca aquí y ahora. Es siempre, allá y después. Hecho el camino previo.

Pienso luego existo. Bien, señor Descartes y existo porque pienso. Ya ha quedado expuesto. Dos realidades en una, imposibles de descartar. Si no pensara, no existiría. Si no existiese, no pensaría. Y si existo y pienso, pienso y existo, soy un horizonte acotado, concretado en topos, no utópico; el horizonte que pisan mis pies y consagra, góticamente, desde lo alto de mi persona, mi frente. El de un ser de palabras. De palabras con carne de Dios. El que era en el Principio. Antes de todos los horizontes.

Después de todos los descartes intelectuales, Renato me suena a renacido. Lo propio de todas las idea, que no tienen final y se reproducen indefinidamente. Las ideas que son el fruto del pensamiento. Del pensamiento que es el resultado y la constatación del ser, del existir. Una entidad que es una identidad. Soy igual a lo que pienso porque lo que pienso es igual a lo que vivo. Resulta una evidencia congruente. Una coherencia puesta de pie. “Cogito ergo sum”. Es casi, un silogismo, una ecuación. Por algo don Renato era matemático. Geómetra analítico. Nada menos.

Enmarcado en la geometría de mi horizonte, me analizo pensando y pensando me realizo. Materia de abscisas y ordenadas, de cosas coordenadas. Mentalidad que alienta. Sangre que medita. Vida que piensa. Pensamiento metabolizado.

El caballero de la Duda Metódica, dijo una vez: “ Daría todo lo que se por la mitad lo que ignoro”. Cuando ignoraba tan poco y sabía tanto, que escribió el Discurso del Método. Un método para dudar. Simplemente genial. Yo me lo represento siempre por el Pensador de Rodin, del que consta una prefiguración anticipada y magnífica en la parte inferior, a la derecha, de la representación del Infierno en las paredes de la Capilla Sixtina. “El home cagant”, que decían mis trabajadores de Bermarmol, ( Ginés, Matraco, el Muerto), cuando me ayudaban en la confección de mi escultura de mármol travertino dorado, reproducida en la cabecera de este artículo. Deponiendo, que es gerundio.

En la observación un tanto chusca de mis queridos operarios y amigos (¡como los echo de menos; qué tiempo tan constructivo y hermoso!) elementalmente válida y espontánea, se conducía a un perfil casi escatológico la mas pura y metafísica manifestación del ser pensante que es el hombre. La caña de pensar, de Pascal. Y se ponía de relieve que pensar es, también, una función fisiológica.

Por cierto, hay una representación de Rodin, con Magdalena abrazada a Cristo en la cruz, hermosísima, osada, fuerte. Con todo respeto y unción, la adjunto a este texto. En la expresión del amor mas grande, nada puede ser excesivo. Y si le añadimos belleza, le sumamos don de Dios. Y oportunidad, porque pronto nos va a visitar de nuevo, llenando el pueblo de olor evangélico…

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3 COMENTARIOS

  1. LLevas, querido Luis, una buena racha de pensamientos filosóficos complicados de digerir a los que no dominamos el tema.

    Dices: El final es un principio de retorno», pero ¿hacia dónde? Si es retorno es al inicio del trayecto, con lo que deja de ser final, para convertirse, de nuevo, en principio. Y así una y otra vez. Hasta el infinito.

    ¿El otro está en tu horizonte? Son conceptos tan subjetivos que no sabría que decirte. No has llegado, pero llegarás a él, es inevitable.

    Yo a veces, sobre todo hace muchos años, pensaba si mi realidad era la misma para los demás. Si lo que yo veía, era igual para los otros.

    Y la existencia, existe, pese a la redundancia. Existes tu, yo, todos los lectores, hasta que dejamos de existir. ¿Qué ocurre después de existir? Después de la inexistencia. No lo se, querido amigo. Mi tradición me dice unas cosas, pero mi razón no es cómplice de aquellas.

    Yo también daría todo lo que se, por la mitad que ignoro. Claro que lo daría y todos, supongo. Ahí es nada, saber la mitad de lo que ignoras. Es evidente que, al menos yo, saldría ganando con el cambio.No se el lector.

    La vida es una continua duda. Es más, creo que sin duda no hay vida razonable.

    En fin, querido amigo, un placer y un privilegio leerte.

  2. Y aquí estoy y existo!. Si Sr Galbis que gran personaje este Descartes al que se le considera el padre de la filosofía moderna.Si Newton revolucionó la ciencia a golpe de manzana,este se levantó un día allá por el siglo XVII y empezó a dudar de todo,( a lo mejor tenía motivos el hombre como ahora los del 15 M ) hasta de su propia existencia y de la realidad de lo que le rodeaba..La información que le proporcionaban sus sentidos no le era fiable y llega a la conclusión que podemos dudar de todo pero de lo que no podemos dudar es que si dudamos estamos pensando -dudo luego pienso- el hombre se convierte es un ser pensante y si pensamos entonces es que existimos ,de ahí surge su célebre aforismo pienso luego oexisto.-cogito ergo sum- que es el principio del racionalismo moderno.
    Pero lo asombroso de este filósofo de raiz cristiana es como llega con su método a demostrar la existencia de Dios analizando su propia duda.Si el hombre duda es porque carece de certidumbre luego el hombre es un ser imperfecto pero para saber que es imperfecto debe tener la idea de la perfección y esta idea tiene que tener una causa.Por ese camino Desacartes llega a la conclusión que solo un ser perfecto puede causar en el hombre la idea de la perfección y solo Dios puede ser la causa perfecta de esa idea, si esta es real su causa debe serlo también, asi que del pienso luego existo llegamos al pienso luego Dios existe. Asombroso Sr Galbis!.
    Lástima que mucho años después alguien se empeñó en corregir a Descartes para advertirle que por mucho que una idea nos aparezca clara o determinante no quiere decir que sea verdadera o perfecta sino simplemente que creemos en ella.

    Es cierto que el hombre es un ser pensante pero pensar no es una condición sine quanon para existir. Existo por lo que pienso dicen los existencialistas y si no existo no hay nada, pero una roca es indudable que existe y no piensa.Por otra parte hay gentes a nuestro alrededor que existen y de ello no cabe duda (algunos politicos los vemos todos los días) pero no han pensado en su vida y lo que es peor cada vez que piensan la pifian, así pues aunque como usted dice Sr Galbis estas sean dos realidades en una yo me quedo con la del amigo Descartes, a lo mejor porque todavía tengo conciencia.

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